A alguien en este mundo, estos años, yo inspiré en sueños: La última palabra para amar es amor, pues la primera fue siempre JUSTICIA

"La rebelión es mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos" Alejandra Pizarnik-en esta vida

"Solo veo rosas" Alejandra Pizarnik-más allá de esta vida-

Solo soy pura rebelión, vino a decir... aunque no sola estás

Vos no está sola. Y esta rebelión se hará. Y no desde la soledad. No desde cuatro gatos somos y por eso nos pisotean. ¡Una ola de Rebelión vendrá que tambaleará los cimientos podridos de estas sociedades!

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viernes, 21 de mayo de 2010

Un sueño mientras dormía

7

-Si éste vence a éste, toda la muerte el dolor y el mal del mundo habrán desaparecido.
Cual pie a una fotografía, esta voz en el sueño pone palabra a la imagen en el mismo


Este es el sueño que contenía un libro en sus entrañas.
La imagen del sueño que con el tiempo no puedo asegurar ya si la hendidura central que a su derecha, de lo que se supone una célula que se constriñe para partirse en dos, exhibe estaba situada de lado contrario;

la imagen para mí, al despertar, no tuve duda alguna en asociar al estado mitótico de una célula en cualquiera de sus estadios, para mí anafase.
Este es el sueño que contenía un libro en sus entrañas.
Tan corto tan efímero y ni todos los años que se sucedan le restarán lozanía. Aquello que consideramos Dios o la Verdad, la Vida, necesita de muy pocas palabras y quizá de sólo una imagen entre muchas para convencernos, para mostrarnos algo. No necesita ni nombrar con los nombres que les damos, las cosas conocidas. Los “éste” y “éste” del sueño son los centriolos de la célula.
Centriolo.- Uno o dos orgánulos cilíndricos que habitan el Centrosoma –A su vez habitante de la Centrosfera- Orgánulo formado por nueve túbulos que pueden ser, a su vez, simples dobles o triples.

Si la función del centriolo, ya “de los” centriolos -en caso de sólo haber uno en el centrosoma, éste habría de dividirse, al igual que lo hacen las células, precisamente para ser el mecanismo soporte de la división de las mismas necesitada de dos polos- es producir esa tela de araña hilos o cables de un puente de centriolo a centriolo, llamada huso, que arrastrarán con ellos cada uno de los cromosomas de un par homólogo hacia los polos opuestos de la célula a partirse en dos, y sólo hay 23 pares de cromosomas en nuestra especie, sólo, entonces, se formarán 23 filamentos en el huso. ¿Para qué las otras cuatro posibilidades si cada túbulo, para conservar las simetrías, tan caras en la naturaleza, fuese un triplete? ¿Será nuestra especie el producto de una mutilación original, la hiciese lo que o lo quien la hiciese, especie que pudo estar dotada de unos cuantos cromosomas más? Véase esos curiosos e inmortales protozoos, amebas, ¡algunos dotados hasta de 1600 cromosomas sólo para expresión de una célula, de un organismo unicelular! Cuerpos que al exceso de la nada multicelular conducen, exceso concluido en muerte de la cual no nos salva ni nuestra descendencia, pues al contrario que esos sencillos cuerpecillos unicelulares, nosotros no nos ponemos por entero en ella. Dice Karl Von Frisch de esta curiosa vida de una célula: “No mueren por necesidad interior; llevan consigo la capacidad de una eterna juventud y de una vida eterna”.

En la imagen del sueño los cromosomas y el material en general del núcleo celular estarían representados por esos puntos que en ella aparecen aglomerándose hacia o con los filamentos de ese esqueleto de la división o tubulina del huso (ello es la tubulina, junto a otras sustancias afines: el esqueleto de nuestras células) La imagen completa sería una célula parada en ese momento delictivo, si no otra cosa acaba procurando que la muerte, del acto divisorio.

Y si se cumpliera la promesa onírica: “todo el dolor y el mal del mundo, por tanto, la muerte, habrán desaparecido”. Si “éste vence a éste”. Si un centriolo vence a otro. ¿Si no se lleva a cabo el acto divisorio? Aquí los colegas biólogos dirían que eso sí que sería el darnos por muertos. Hasta aquellos pequeños animalejos, protozoos de los que todo desciende, que antes decíamos, basan su “inmortalidad” en ella, división. Pero ¿cómo interpretar que éste venza a éste dentro del marco del acto divisorio si no como el hecho del predominio de un solo centriolo o la vuelta atrás en lo que se divide empezando por él, este orgánulo?
…Al fin la vida. Desde luego que sí para algo como el cáncer dentro de los organismos superiores, esa división asesina de células que han olvidado su nombre o su función por el hecho absurdo de perpetuarse y hacerlo así expandiéndose sin propósito.


A 2010 Y recordando la promesa de sueño cumplido que vino a ser otro sueño de aquellas fechas (Sueños, Cinco, a los que dedicamos todo un libro titulado con palabra también onírica: “Cinqcur”. “Cinco tribunales”, si vemos en el vocablo onírico la reunión de esas dos palabras del francés, “cinq” y “cour”, tribunales o cortes; o “Cinco curas” si recurrimos a “cure” en lugar de cour para la formación del vocablo onírico. Aunque fonéticamente la contracción parece aludir a la última, cour: cur. Mas aquello de “Cinco sanaciones” le iría que ni pintado al contexto general de aquellos sueños que a eso apuntaban, a una sanación una mejora) como acabamos de exponer en http://delicadaurgencia.blogspot.com/2010/05/tu-que-tanto-padeciste-por-culpa-de-la.html , nuestra mariposa en la frente, cerebro elevado al rango de tiara ya que de ese tamaño su cráneo, todas sus capacidades aumentadas por un desarrollo mayor de las sensaciones emociones que por “amor” conocemos; nuestra mariposa en la frente símbolo de todo ello, que casa a la perfección con el descubrimiento de la dra. Anne Dambricourt, las posiciones cada vez más verticales del hueso –mariposa- esfenoides en la base del cráneo permitiendo el aumento de nuestros cráneos a la vez que la conformación diferencial cada vez más evolucionada de nuestro esqueleto; recordando esa promesa de sueño cumplido, si lo mismo esperamos de éste que alguna vez tenga significado eso de la muerte el dolor el mal habrán desaparecido, ¿qué serán –no preguntaremos quiénes- entonces esos “éste” y “éste” del sueño, sujetos o cosas de tan idéntico nombre? De todos modos sigo pensando en lo dicho por mí, y seguramente dentro de las páginas de este libro: Cuando el hombre encuentre la cura del cáncer remedio habrá encontrado para curar la vida. La cura del cáncer como preámbulo a la inmortalidad. Y la cura del cáncer no vendrá por otras vías que por las de la extinción de las locas reproducciones celulares. Remedio a frenar esas mitosis, deletéreas o no, remedio para curar la “enfermedad” que es la vida, la muerte que es. Sea extinción para esa vida o expresión de la misma a sus auténticos niveles, esos que únicamente el Conocimiento puede develar.
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