Esa llavecita que portaba la diosa del saber, Seshat o Sefjetaui, Señora de la escritura, Señora de las bibliotecas, que en el Egipto al que los propios habitantes de ese país traicionaron por Mahoma, no hay que olvidar eran las Casas de la Vida, lo que al Conocimiento, el más alto producto de la vida, le corresponde ser. Cruz ank o llave del conocimiento que abre esa puerta que separa el mundo de los muertos y los vivos. Puerta o Casa de la Vida suspendida entre dos mundos donde cada muerto Osiris responderá ante esa tríada Maat-Seshat-Isis con todos sus órganos pendiendo de uno de los platillos y en el otro la Pluma de la Verdad o el Conocimiento, herramienta de esa Energía primera Maat-Seshat-Isis, antes que el machismo subsiguiente sustituyese por Amón, Thot –más tarde Hermes-, Osiris. Amón, Thot, Osiris, las momias, los muertos que logran el beneplácito de la resurrección o restitución (Cual si ante la diosa Ninti sumeria compareciesen) de sus órganos, menos del pene. ¿Miembro que estas auténticas Amazonas primeras diosas sustituyen por el más feliz órgano, extensión de la mano y la inteligencia, Pluma? ¿Será el pene lo a cortar por lo sano para el beneficio de la restitución o resurrección? ¿Le sobra ese invento hasta al mismísimo bíos que en escena lo puso, sobra a instancias mayores de la vida total? Supongo que sobrará también hasta la vagina, su vaina; no se necesitan armas ni estuches donde guardarlas a escalas de otra vida mejor es posible (“¿Vida mejor sin penes ni vaginas?” Se preguntarán los salidorros. Para los cuales tampoco se concibe Cielo alguno sin estómago y otras vísceras propiciatorias de las comilonas)
El Ank tomando por el cuello a ambos mundos en su función de volverlos a reunir aunque sea a coscorronazos
Ank, esa balanza intervidas en el portalón de la Psicostasia donde las osiris momias responderán ante la Pluma que redactase la Suma del Conocimiento que es la Tabla Esmeralda. Suma del Conocimiento, algo tan liviano como la Verdad y la Justicia (o esa teoría del todo que los físicos buscan olvidados de otras tablas que no sean sus pizarrones que poco tienen de esmeralda) y las almas se ajustarán a ese peso o perecerán, aquí sí que sin coñas sólo de boquilla estilo “el mundo será socialista o perecerá”.
Estas palabras de los libros herméticos (que aspiran a ser los restos de aquellas Tablas) estudiados por Champollion y a los cuales éste dio una muy alta probabilidad de ser su procedencia egipcia a pesar de estar redactados en griego:
“La muerte es para algunos hombres un mal que les llena de profundo terror. Es a causa de su ignorancia. La muerte llega a causa de la debilidad y la disolución de los miembros del cuerpo; el cuerpo muere porque ya no puede seguir soportando el ser. El ser no muere.
La verdad es lo que es eterno e inmutable; la verdad es el mayor de los bienes; la verdad no existe ni puede existir sobre la tierra. Puede que algunos hombres hayan sido dotados de la facultad de pensar en la verdad; pero no hay nada en la tierra que pueda llamarse verdad, porque todo lo que hay en ella es materia, revestida de una forma corporal sujeta al cambio, a la alteración, a la corrupción y a nuevas combinaciones. El hombre no es la verdad, porque sólo es verdadero lo que extrae su esencia de sí mismo, y permanece siempre igual a sí mismo.”
He aquí una pluma de verdad, aunque no perteneciese a Seshat Maat sino a mua, regalo de mi tati pequeñita y su pareja no para emulación de Cervantes sino para su superación en honor del color del feminismo que ostenta.
Seshat y Maat asistidas por Thot, Anubis, Horus, en la psicostasia o pesada de las almas
Y aquí tenemos a los egipcios poniéndose por montera, ya que invento suyo (aunque no de oro como en esta imagen sino de esmeralda), mis tablas las de Moisés
Estos diez mandamientos se resumen en dos:
ες
ες
Que como se ve es uno solo. Unos dicen que ες
y otros dicen que Amor. Y como “amor”, aunque con mayúsculas –si es que existe alguno así- induce a tantos equívocos, pongamos el verbo que le está por encima: Ser: ES, para fastidio de picos retorcidos de todos los pajarracos.
Además sabiendo que SEER se escribe con dos ee, como nos ilustró Alejandra Pizarnik. ¿Algún otro amor a su altura?
