A alguien en este mundo, estos años, yo inspiré en sueños: La última palabra para amar es amor, pues la primera fue siempre JUSTICIA

"La rebelión es mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos" Alejandra Pizarnik-en esta vida

"Solo veo rosas" Alejandra Pizarnik-más allá de esta vida-

Solo soy pura rebelión, vino a decir... aunque no sola estás

Vos no está sola. Y esta rebelión se hará. Y no desde la soledad. No desde cuatro gatos somos y por eso nos pisotean. ¡Una ola de Rebelión vendrá que tambaleará los cimientos podridos de estas sociedades!

miércoles, 30 de junio de 2010

…Del latín “comes” (Y del griego “hijoputas”)

71

(De un nombre, un título, “Ana” como palabra maestra para abrir el libro, Ana-es-conde o Anafase igual, secreto que no divide sino unifica, conde, comitis, compañero, del socio o aliado en esta transmutación, comedo, comes)

¿Qué energía puede sustituir en este cambio
a nuestra condición de bueyes y su yugo
por un sentir de reyes, ¡serlo!?

Una energía limpia.
El ciclo de la vida o el metabólico
cerrado sobre sí,
circuito produciendo la chispa.
Cambiar por luz nuestro comer diario
que deglute moléculas de animales vivos
que descompone y reutiliza
como si nuestros vientres fuesen
la sarcófaga tierra.
Cambiar por luz;
no digo que no se coma, como vemos.
Digo que el “comes” que ahora nos procura el nutrimento,
ese de las delicias culinarias efímeras,
o ese de los fastidios culinarios mucho más duraderos
para los que no tenemos dinero ni criados
que curren por nosotros en las cocinas,
para ese comes
hay otro más sabio que las plantas practican.

Hay un comes más sabio de amigo a compañero,
el abrazo de amor sustituyendo el mantel y los platos.
Si se pusiese amor donde dinero,
donde comida, donde egolatrismo,
¿entraríamos en el “comes” más sabio
que las plantas practican
con la boca en el suelo, humildad primigenia,
y el mismísimo sol de jefe de cocina?
El amor coherente como luz concentrada
de los átomos propios a los átomos otros,
río de luz blanquísima.

Hay un “comes” más sabio que las plantas practican,
que hasta es un “visten”.
Y en verdad que no todo os lo voy a dar hecho.
Seréis como los lirios, como los niños,
ni Salomón soñó con semejante majestad.
Seréis como los niños, este yo lirio,
soñad conmigo, soñad con él….
Y peor para el que no sueñe.
Peor para el que tenga pesadillas tales
como que el Reino de los Cielos es semejante
a una carnicería, un matadero.
Campo y arado os dono,
pues mi yugo es ligero,
resulta una corona,
y no digamos mis digestiones:
ningún peso en mi conciencia, estómago,
de asesino pues como,
como pues asesino.
Esta corona de flores,
ya no espinas, ya no abrojos,
que me viste y me nutre
desde el aura a los ungidos pies…
Es mi eterno Jardín donde seréis como los lirios.



2010
Si no fuese por el respeto a tu persona, la que dijo después de muerta solo ver rosas
Si no fuese por mi propio respeto,
eso único que aún me empuja a escribir
(a rescatar lo escrito y enterrado por años de injusticia -30 años de dictadura, 30 años de democracia únicamente de nombre- criminalidad social sobre una ejecutada,
sin piedra ni palo con el que protestar,
sin piedra ni palo que ellos usaron para desfigurar mi entera vida,
que no deje señal el maltrato: consigna no sólo de policía de dictaduras sino de toda clase de poderosos y poderosillos -¡y mira cuántos hay!- en “democracia”, poderosos y poderosillos todos con sus “policías” o parapolicías, ejércitos y paraejércitos.
Y qué quejarse de Chávez y sus modos estas hijasdelagranputa democracias del occidente corrupto y criminal, peores que cuantos dictadores, asesinos más sutiles que ellos. Ahí tenemos a nuestro juez en el exilio Garzón sólo por querer averiguar algunos de los muchísimos crímenes del anterior dictador que esta “democracia” ¿va jamás a consentirlo?)
hace tiempo que habría acabado con esta representación sádica de la vida,
donde nos tocó el papel de masoca forzada
(jódete y aguanta que otros recaudan sin el menor esfuerzo, consideraciones sociales siempre traducidas a dinero, consideraciones más legítimamente tuyas, ¡o tan legítimamente tuyas!)
No poder, no querer más vivir si para herirme la vida toma formas tan extrañas. Toma formas de remedos democráticos donde las salidas, no digamos los laureles, sólo están hechos para los mismos que en cualquier dictadura.

Esta es mi digestión a 2010. Como se ve, bastante diferente de la Eternidad de unos Jardines donde ser como las plantas equivaldría a ser como las rosas, vivir así de bello colorido y fragante, no como los cardos borriqueros, hierbas dañinas, astutas plantas carnívoras que encima pregonarían de sí lo cuán democráticas para no ahuyentar la carne trémula de colibrí o mariposa que por allí discurra sin sospechar el veneno que las falsas apariencias guardan… Sin sospechar el veneno que las falsas apariencias guardan, una cuando muerto el dictador vinieron los “demócratas” encabezados por un rey y sus autonomías y sus nacionalismos, todos recaudando para sus arcas, o lar arcas de los amiguetes. Todos entre ellos amiguetes: Conduciendo a la plebe de los pisoteados por una encabezada (¿más pisotones que a una, y no en el juanete sino en el alma, el alma de tener idéntica salida a mi, ya vejez, que en la niñez adolescencia tuve)

martes, 29 de junio de 2010

Esta verdad escupo

70

Cucaracha sin “cu”, caracha,
es una enfermedad de las llamas,
esos animalitos que se inmolan
en su amor por el fuego de la verdad,
sea oníricamente
(poema cap. 29 “Llama extrañada –Onírico-“),
su alma de piel o la piel de su alma
una sarna carcomiéndola…
Y sin cura alguna
a las lenguas del fuego se abandona
como único alivio.
Cucaracha, el “cu” significándola,
es una enfermedad de los falsos profetas
sacerdotes de todas las religiones
¡que no sólo no podemos curar
de un sano pisotón
sino que hemos de llamar
“hermano cucaracha”, como S. Francisco al lobo,
a estos verdaderos parásitos del hombre!

No esperar la eutanasia,
una muerte compasiva, rápida,
de estos “hermanos cucaracha”,
es conocer su instinto.
Lo suyo es realizar el mayor daño en el mayor tiempo
como corresponde a inmundos bichejos.

Esta verdad escupo.
Mi mal está ante ustedes
raza poco soñadora.
Quitaos las cucarachas de los ojos,
las mentes, y soñad conmigo,
con la llama que sola se enciende,
ved la posibilidad de un nuevo mundo.
Quitaos las cucarachas de los ojos
que sarna es a la piel de la valiente llama,
arrancad esa lepra de los falsos profetas
y ese mundo nuevo florecerá ante vuestras pupilas.

Mi mal está ante ustedes,
el mal que a la verdad se inflige.

lunes, 28 de junio de 2010

…Brebaje obtendréis con que curar la vida

69

Azafrán de los prados
Cáncer humillado

De la misma medicina
que cure el cáncer,
brebaje obtendréis
con que curar la vida.

Azafrán de los prados,
colchicina.
Frena la reproducción celular,
frena la respiración;
tomarla es perder el aliento.
Así nos quedaremos,
pero sorprendidos
si, quitadas sus fuerzas asesinas,
destilamos de sus hojas o sus frutos
el elixir buscado por la Alquimia.

Puede ser esa flor, puede ser otra,
puedo asfixiarme o puedo transducirme.

Cuando salvéis del diluvio,
cascada “efecto pleyotrópico”
a la desorientada arca que es la célula,
tendrá mucho que ver el AMPc

…….
Y nadie hubiese acudido a mí a pedirme responsabilidad, pues muerta estaría o en ese lugar que no existe, digo a 2010 (que hubiese sido mejor, también pienso). Con lo cual si ni me apliqué el ungüento o lo ingerí, ¡si ni siquiera intenté salvar con él del cáncer a mi hermana!, esperemos que nadie piense que ando induciendo al suicidio por vía más rápida que la quimioterapia a los condenados a muerte por el cáncer con estas palabras y las dichas en http://vencidomuerte.blogspot.com/2010/05/2010-la-flor-de-la-inmortalidad.html. Con lo cual, y visto el paréntesis, no me hubiese ido nada mal probar esa medicina. De todos modos me hubiese sido elixir con que curar la vida: No mereció la pena nada de lo que viví, ni siquiera mi obra si para esto me sirvió… Dijo Cristo en la cruz cuando perdió la vida: “Me has abandonado. ¿Por qué?”. Dicen todos los profetas, todos los que pasaron por pruebas insufribles. Escribíamos en “Eccehomosexual” http://eccehomosexual.blogspot.com/2010/03/ya-no-hay-profetas.html
Ya no hay profetas:
Triste, conduele comprobar
cómo al Dios, al Ideal
por el que muere
y no dejará de morir, increpa,
en su insufrible dolor,
por,
en su último momento
desgarrador
increpa:
¡¿Por qué me has abandonado?!

Y terminaba mi poema “…Brebaje obtendréis con que curar la vida”:
Engendrar un poema para curar el cáncer,
quiero decir, la célula, curar la célula,
para quitar los males de este mundo
quitándolos de amores,
quitándolos del mío…
Azafrán de los prados.

Ocho años antes de que un cáncer matase a mi hermana, algo peor que si lo hubiera hecho conmigo.


Efecto pleyotrópico es todo lo que sucede en la célula conducente a la mitosis de la misma.

AMPc.- Sintetizado del ATP por una enzima localizada en la membrana celular y relacionado con la activación de las proteínas quinasas, regulando la banca energética de glucosa y metabolismo de lípidos, puede convertirse a imagen de tantos gerifaltes de las altas finanzas que además no administran lo suyo (Aquí del ATP o trabajo demoledor que llevan a cabo esas currantes de las células llamadas mitocondrias heredadas de nuestras madres), en todo un desastre para el organismo si desregulado él haciendo que la célula trabaje para ese efecto pleyotrópico que antes decíamos cambiando su entidad de siempreviva, morir no está en su programa, sólo el suicidio a beneficio de la colectividad (Células tan como los humanos y otros animales construidos de las mismas: Es bueno que uno muera por todos, que dijo la Biblia y Cristo rectificó: Dios dice, Amor quiero, no sacrificios), cambiando su entidad de siempreviva a siempre-reproductiva.

domingo, 27 de junio de 2010

Una célula es lo que son sus moléculas

68

(Las matemáticas confirman las teorías)


Si una célula es lo que son sus moléculas, como dicen de ella los que la conocen, o sea, si una célula es el producto final de la suma de sus moléculas… ¡Oh matemáticas propiciadoras de la célula de una sola molécula!

Dando la razón a las teorías, las matemáticas, sólo con sumar, también podrían propiciarnos la molécula de un solo átomo. En suma, que nos demostrasen, Q.E.D, que somos, que eso es la muerte, algo tan científico futurista siendo tan pasado, tan de siempre pasó, como la supresión de los campos de tensión, la anulación del espacio vacío que nos deja reducidos al grano de polvo que somos.
¡Y eso es la vida! He ahí el espíritu: Donde todos los vacíos han sido suprimidos, todos los campos de tensión. Y habríamos llegado a ser como los evangélicos “niños” de los que hablase el Cristo, esa invisible esencia que se escapa del cuerpo cuando expira. Para pasar por ese ojo de aguja, agujero negro… algo más concentrado seremos que las estrellas de neutrones.
Nuestro destino de estrellas:
Acabar como ellas
cuando, gigantescas, expiran.
Menos que una molécula,
menos que un átomo
conteniendo la esencia de la vida.

Una célula es lo que son sus moléculas, lo que son sus átomos… Lo que es esa “fuidisa” partícula (así la llamó el sueño y yo no voy a rectificar la plana a la onírica ciencia tantas veces maestra en adelantar porvenir, ver el pasado, accediendo a una más completa información a la que nosotros no atenderemos hasta que nos apedree con su evidencia), partícula que huye de que la localicemos como entendiendo que no somos dignos de su manifestación. ¿Partícula que huye de ser localizada? Esto es de lo más escuela de Copenhague o principio de incertidumbre de Heisenberg. Y atiendan a cómo se localiza según este principio: Olvidándonos por completo de cómo se mueve. ¿No saber del movimiento sería como dar con la partícula última o primera que lo compone todo, cuando todo en ciencia física está basado en dinámica o mecánica? ¿El movimiento es algo que carece de sentido tanto a escalas cósmicas como atómicas? Lo estoy por afirmar. Nada se mueve sino todo es atraído.

Alma de piel

67

Canta la copla del esoterismo que la piel de los atlantes era un polvo de oro o luz que los cubría (Vamos, algo así como el exoesqueleto que proponíamos hace unas páginas) …Al escribir la frase del inicio he sentido como si desde las palabras “oro o luz” me mirasen dos ojos profundísimos. ¿Alguna naturaleza muy lejana se ha vuelto al escuchar su nombre sintiéndose reconocida?

Mas ciertamente: Este baño de alma que nos envuelve sin necesitar poner pie en Atlántida ninguna. Piel nacida de la primitiva hoja embrionaria, ectodermo, de la cual se produce también el sistema nervioso. La epidermis o capa superficial de la piel carece de vasos sanguíneos pero no de nervios. Alma nos envuelve para sentir las caricias del amor o las garras del odio.

Pensemos si la quiromancia que lee de la vida sus destinos en los surcos o rayas de las manos, no es una asombrosa realidad. Si supiésemos reconstruir ese alfabeto del modo que con las huellas dactilares identificamos a una de entre todas las personas del planeta, con esa fiabilidad, ¿qué nos relataría esa hoja cubierta de jeroglíficos que es la palma de la mano? …Por esa luz que todo lo devora y que no llegaremos a ver en esta vida al paso que vamos, por esa luz para la que no estamos preparados, achicharrados por esa luz quedaríamos, el destino de todo escrito en la piel.

Y de ese pánico a la luz, miedo al peligroso conocimiento, escogemos lo malo conocido, cómoda oscuridad.
¿Cómo no rebelarse ante ese destino de necios que consiste en preferir ser ahogados por la oscuridad antes que achicharrados de luz? ¿Cómo no afear su cicatero comportamiento a los dioses que eso permiten? Siempre algún supremo dios negando la luz el conocimiento, Zeus a Prometeo, Yavé a Luzbel… Hay, por tanto, un supremo poder que lo quiere todo apagado a su nivel más bajo de energía, ya sean poderes celestiales a imagen de los oscurantistas terrenales.

Cinco capas de células, cinco, hermoso número luz, llama, alma, tiene nuestra piel que… ¿en cualquier momento, oro, cual la de los atlantes, cuando esas cinco fases que son la mitosis se junten en una, suspendan de sus mitos: hilos filamentos, la célula en un éxtasis de división que dice “no” a sí mismo de tanto “sí” decirse, célula pase a ser mística, mitológica y nunca más mitótica mistérica?

-Te voy a narrar un misterio –quisieron decirme esos dos ojos que me miraron profundísimos al comenzar este mito relato fabuloso- una catástrofe, una gran pérdida: Las aguas cubrieron por completo al hombre luz creando un muro de separación con la oscuridad que le sucedería. Es necesario que superéis esa división y seáis lo que somos, sin miedo a si eso es morir o ser tragados por las aguas. Allí donde yacemos los antiguos habitantes de la Tierra, “fondo del mar” o “muerte” con la que lo confundís.

…Ectodermo. Pareciera nombrar una era geológica y no la hoja embrionaria que dará lugar al yo (Tres láminas de células, ectodermo, endodermo, mesodermo, de las que emerge cuanto será un ser humano; siempre tan trinitarios, hasta por nuestra constitución. Tres capas celulares y la primera de todas ésta, y ella misma también se divide en tres) Tan cerca estamos del planeta que habitamos, tan somos como él cuando únicamente capas celulares sin forma; y según avanzamos en nuestra vida fetal en pos de la particular morfología que somos, nos vamos pareciendo a otras especies que nos acompañan en esta aventura del existir, reptiles, cerdos, tan como la Tierra somos. Tan como ella, arca de vida en el desolado sistema solar (¿Cuántas como ella en la galaxia, el Cosmos?), que estamos capacitados para soñar Atlántidas, desear descubrirlas, ¡desear construirlas!, soñar Jerusalenes celestes, Paraísos terrenales, Dilmun sumerio, Agarthas esotéricas.

…¿Y Atlantis, bajo las aguas, o detrás de un muro de partículas que hará coincidir el pasado más remoto y el futuro más lejano? Mientras tanto nada tiene que envidiar nuestra piel de alma su aúrea piel.

miércoles, 23 de junio de 2010

Neuronas tan grandes como hombres

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Como pueden ver en la imagen el cuerpo tela de araña de las neuronas y su pinza axón de innumerables dedos-conexiones puede llegar a medir hasta más de un metro.

Nuestro cuerpo alcanzando esta majestad arácnida, neuronas que no se dividen más, cada célula tomando con esos dedos raíces, del aire el sol, sus nutrientes. A algo así llegaríamos si nuestras células somáticas decidiesen, de que algún conocimiento les mostrase el camino, diese el empujoncito, no dividirse más y alcanzar todas el rango de señoriales neuronas que ni necesitasen de gliales mayordomos a su servicio. ¿Que no quedaría muy estético una piel neurona, unos ojos así? Pregúntenlo a alguna estirpe extraterrestre que habrá dado ya el paso.

Si el organismo todo no fuese otra cosa que un complejo neuronal (lo que es en cierto modo, pues todo en él está a las órdenes de quien manda, manda, aquí ninguna humana organización chulea al mérito) pasando a ser esos sensitivos entes, toda nuestra fisiología pasaría a ser competencia de teólogos y filósofos quedando en el más abrupto desempleo fisiólogos y otros doctores en medicinales anatomías. Éstos se tomarían, para variar, las vacaciones permanentes en que los anteriores pasaron su entera existencia desde antes de Grecia y Egipto con sus teologales mitologías y artes más bien oscuras del conocimiento. Veríamos currárselo, pero de veras, por una vez a los clérigos teólogos y a sus compadres los especialistas en aquella diosa tonta a la que llamaron Psique. A mí me gustaría verlo, pues si resultados tan pobres en más de cinco mil años de civilización actual, resultados tan miserables a la vista de todos en lo tocante a amar el conocimiento y conocimiento empleado en aquello a lo que Sócrates llamó mayéutica del conócete a ti mismo haciéndote ese favor o ese parto; si resultados tan pobres en cuanto a cósmica espiritualidad, es de suponer que avanzaríamos en pocas horas lo que en milenios no logramos, si todos empleados a ello: Conocerlo todo de conocerse, llegar a una comunión de decencia con todo lo que existe en el Cosmos.

¡Que apenas otra cosa somos que sistemas nerviosos, andando, volando, y hasta pululando por los océanos cual otros peces! Y esto nos hubiera debido bastar, sin empujoncitos de inmortalidades que deberían ser Y SERÁN su consecuencia, para llegar al conocimiento exacto de nosotros mismos y por lo tanto de todo sin que miserables como los Freud y sus inútiles colegas o toda la inútil e inservible filosofía, así como teologías y sus religiones, nos hubiesen venido a extraviar.

Colofón a 2010: Si las ciencias biológicas o físicas no llegan a nada más que a convertirnos en momias asquerosas que vivamos, eso sí, 200 ó 500 asquerosos años que ya se prometen o les prometen a algunos mega ricos del globo; si la física sólo puede ofrecernos como resumen de su conocimiento total el de un Universo diluyéndose en algo más ínfimo que un suspiro en cuanto a materia y venga espacio y venga espacio (curiosa anormalidad), los culpables no son otros que aquellos en quienes basaron sus ciencias desde la más remota antigüedad: teólogos y filósofos consejeros o compadres de todos los poderes armados, hoy políticos, del mundo.

Dios lleva a juicio al trabajo y a todos los que desde su imbécil soberbia se dicen trabajadores de la Tierra

65

A la regeneración por el paro o la parada.
Ya que algunos nacimos menos favorecidos por aquella herramienta que nos permite sobrevivir a todos: remuneración a cambio de lo que hagamos; ya que algunos no hemos recibido jamás remuneración alguna por nuestro trabajo de escribir, más duro que cuantos trabajos de todos ustedes en la presunción de ser los trabajadores únicos de la tierra, menestrales, empleados de cualquier índole al servicio de quienes les mandan, da igual cómo les manden y qué; ya que jamás vimos ni duro ni peseta a cambio de nuestro esfuerzo. No está nada mal que aquí, en un libro sobre la supervivencia última que debió ser siempre primera (Investigar, conocer, trabajar sobre el misterio que construyó el Universo, que nos construyó a todos), traigamos a colación un paro, una parada que afecte a algo más que a las células.

¡Un paro, una parada que afecte al mundo tal como es y lo transforme en algo bien distinto! Irreversible parálisis, aunque regenerativa, que la degeneración ya la tenemos en el actual estado de cosas.
(Para estar escrito en los años ochenta, el vehemente deseo aquí expresado fue una premonición para los noventa de ese mismo siglo, y para la primera y más para la segunda década de éste)

No crean que esta crisis del paro que acongoja a tantos sectores laborales, está puesta ahí porque sí. Oigan hablar la verdad de la Tierra expresada por los acontecimientos que nos buscamos nefastos. Dios o el sentido último e íntimo de la vida, se toma la libertad de vacilar, siempre lo hizo, acerca del valor del trabajo que el hombre representa o desarrolla. El actual estado de paro laboral (exceso casi paranormal lejos a todas luces de lo considerado como razonable) (Por estas palabras pueden comprobar que los años ochenta vieron algo de lo más parecido a lo que ahora asistimos atónitos en 2010. Y desde luego, las causas, las mismas: Corrupción, rapiña de las clases políticas y altas finanzas. Teatros de crisis laborales montados para un mayor enriquecimiento de esas clases parásitas, o para que esas clases de sinvergüenzas no pierdan el suficiente poder tan necesario a la hora de explotar a todo y todos) corresponde a una duda del sentido íntimo, primero y último, de la vida respecto a que estemos cumpliendo aquello que nos corresponde: Justicia, Conocimiento, esfuerzo de todos encaminado a desentrañar ese sentido último e íntimo que ella representa; y remuneración al esfuerzo en esas vías, no remuneración y de lo más espléndida a las clases parásitas y sus ocupaciones inservibles, no remuneración a toda la legión de rémoras que viven incrustadas en el cuerpo social-laboral ellas obteniendo el provecho de la sangre y sudor que otros derraman. El sentido último de la vida, la Naturaleza desde su lo desconocida que es, duda entre dejarnos concluir por nuestras propias obras, más bien ausencia de las mismas en lo tocante al trabajo que debiera acometerse de que ningún siglo lo hizo antes, o soplar ella sobre el hombre y hacerle desaparecer de modo definitivo.

Mira al hombre y esto es lo que ve el Dios, Sentido íntimo y último de la vida, la auténtica Naturaleza y no la pacata y burda que en su lugar colocamos de que decimos observarla –ella sí que nos observa detenidamente y sentirá profundo horror por el error de habernos creado--: El hombre que muere (bien nos hubiese valido escribir aquí “mujer”) o se suicida, le suicidan por eso que llama su trabajo, el hombre convertido en una máquina que ha de rendir ante el capital, rendir ante y para todo tipo de parásitos de los mencionados arriba, rendir ante esas estructuras sociales de injusticia y torpeza por ellos montadas; el hombre convertido en una máquina de imprimir billetes, los más de los cuales van a parar a manos de los parásitos ya dichos, eso es lo que ve.

Este concepto que el hombre tiene del trabajo pudre al mundo, al igual que lo pudre el concepto de sexo, como el concepto de conocimiento lo pudre. ¿Con qué mano no podrida tocará el hombre cualquier tema, si la podredumbre en la raíz? Padecemos una inversión que nos costará la vida como especie, de todos los valores. En la sociedad que habitamos, trabajar, llamémoslo por su nombre: ganar dinero, es igual a decir “renuncio a mis diferencias, a mis interrogaciones, renuncio a ser el que soy, que es peor que renunciar a la vida, con tal de ser el que quieren o el que me obligan sea”. Y trabajar no es decir “beeee” en redil donde todos balan de igual modo. “Necesito balar, necesito balar = trabajar”, claman insistentemente, cuando lo único que tienen en mente y ahí están hasta sus estómagos para recordárselo: “Necesito dinero, necesito dinero”, esa llave que lo abre todo pues así lo decidieron los criminales que montaron el mundo sobre ello, esa marca de nacimiento en todas y cada una de las frentes. No seamos hipócritas, digamos entonces en lugar del “necesito trabajar”, “necesito dinero”, la expresión correcta en el mundo en que estamos.

En el mundo en que estamos no es trabajar esa entrega que ni mira la “añadidura” que lleva colocada, ¡y menos aún se acepta el “sin ninguna añadidura” con el que otros cargamos como nuestra particular cruz sólo por cumplir con el que somos! No es trabajar lo vocacional que se acomete con todos los vientos en contra y hasta si huracanados. Vientos sintiendo su desolación en las entrañas, hierro al rojo que tu vida busca. Esto lo dejan a la genialidad, esos animales de sacrificio que somos los vocacionales convertidos primero en abortos de la sociedá, para después, y a los restos, marginados a las cunetas de la locura, fosa común en la que terminaremos si con nuestro sacrificio, esfuerzo, no conseguimos algo que pueda interesar al mundo basado en la rapiña.

Genialidad, locura, ¿en qué se diferencian? ¿Genial es el loco que ha triunfado, o genialidad es esa locura sobre la que pasan y pisan?
Genialidad, locura. Cuán necesitados estamos de la comprensión de los otros, nos importa más ésta que nuestra propia vida. Tantos millones de suicidas lo atestiguan.

Y desde luego que Dios lleva a juicio al trabajo:
Esfuerzo hasta la extenuación sin remuneración alguna o escasa remuneración por una parte; y grandísima recompensa monetaria, por otra, para algo que no representa ningún esfuerzo, ni sirve a la Tierra, ni a la vida, ni a nada, trabajo desde luego no hasta la extenuación sino hasta la saciedad de relaciones sociales y más cócteles, llamado trabajo por desfachatez, y más que nadie -el verdadero esfuerzo al que no se cansan de usurpar- se piensan acreedores a ese nombre, pues ningún menoscabo a sus derechos, ellos los únicos que los tienen, aquellos cuyo trabajo consiste en la ruina de los demás, aquellos cuyos trabajos ni sirven a la Tierra y menos al Conocimiento y ni siquiera a la decencia.

¡Parados, pero sin regeneración, estaréis mientras sea ésta vuestra sociedad! ¡Que algo aquí está diciendo: Que no envilezca el trabajo, que no mate! ¿Y quién escucha?

Un esfuerzo hasta la fecha dado por inútil (¡Y hasta la fecha de hoy 2010! Si ha llovido desde los años ochenta) dice a la inutilidad que no se esfuerza: Convertid a todos los parados en poetas. Tienen tanto derecho como la misma inutilidad o sus hijos, esos que jamás sabrán lo que es la falta de ingresos si la sangre ajena se los sirve en bandeja. ¡¿Cómo entonces conocerían lo que es el paro, no otra cosa que cero ingresos!? Cero ingresos y aunque ni parado estés, aunque te dejes el espinazo en esto que hoy nadie valora. Mas si los padres, tus hoy explotadores y/o asesinos no lo hacen, es que para sus hijos dejan el recolectar del fruto a ti debido, su futuro dinero fácil.



Convertid los parados en poetas… Vaya, una función que acabó cumpliendo blogger y resto de plataformas de blogs. ¿Quiénes si no los parados, aunque no muertos de hambre, estarían aquí jugando a esto? ¿Quiénes si no los que nunca nada pudieron, supieron, les dejaron, alcanzar, estarían aquí terminando de reventarse y haciéndolo de una manera pública, que ni pública ni publica pues no llega a nadie? Seguimos representando cero interés para gentes “interesantes” de todo pelaje.

No abandonéis jamás vuestro modelo laboral, modelo de sociedades (tan modelo todas ellas) vergüenza para los miles de millones de… ¿humanos? No lo abandonéis, que el trabajo siga siendo eso que mata o suicida a los menos envileciendo a los más. Que no habrán salido tus hijos de su morirse de escasez, aunque no de hambre, de escasez sobre todo en la parte de ellos que más y mejor debiera alimentarse: sus cerebros… Cuando de pronto, de repente: ¡Otra nueva crisis! O la misma de siempre renovada por los mismos de siempre que jamás perderán su sartén por el mango, ya que vosotros, miles, millones, no de parados, hablemos claro, de impotentes desgraciados, les dejáis.

martes, 22 de junio de 2010

Un conde nombra el exoesqueleto que busco

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Athanor: Fluido Astral

Un conde nombra el exoesqueleto que busco, aunque fueron dos comunistas los que lo fotografiaron por primera vez, los esposos Kirlian excelentemente financiados por las autoridades rusas que debieron creer haber encontrado la prueba definitiva para cargarse a todos los santos de la Iglesia con sus halos. Y algo de eso había, aunque no de la índole que reclamaba su materialismo bochornoso convertidor de vidas en meras fábricas de desperdicios.

La perfección del aura que nos rodea, cuando ésta alcance su destino de escudo protector, dispensador y aceptor de nuestras energías, se llamará…. Athanor.

Athanor será la corona radiada y Alquimia la obra que la hizo posible. Pueden llamarla biología o física, pero no otra cosa será que la alquímica búsqueda que se pierde, hacia atrás, en la noche de los tiempos. Perseverancia, transmutación; a través de la paciencia se obtiene la metamorfosis. El idioma de mutación con el que está escrita la historia de los seres vivos, es una perseverancia hacia el cambio que la Naturaleza muestra.

Athanor será el último grado de esta escala de mutaciones (Ahora diríamos junto a la doctora Anne Dambricourt y su teoría de la verticalización del hueso esfenoides en la base de nuestros cráneos como causa anatómica para un mejor cerebro una más eficiente morfología, ¡como causa de la evolución de nuestra especie! Diríamos que este “Athanor” será la sexta mutación o evolución que se está produciendo en nuestra especie y acabará convirtiéndonos en algo muy distinto, como diferentes somos del mono acá mediante las otras cinco mutaciones acaecidas o verticalizaciones en la base de nuestros cráneos del hueso esfenoides) Grado Athanor o aura que te envuelve, cerebro pensamiento emanado de cada una de nuestras acciones, tu fluido cuerpo astral como un lenguaje alcanzando su condición angélica.

¿Cómo no será un Horno, ¡un Horno Cósmico!, Horno de orden, la más alta representación de vida como un aura una radiación? Radiación que te envuelve y libera, Rayo Bíos, no que te encierra, enmudece y mata en un cuerpo poco menos que una prisión.

Thánatos y Athánatos o Athanor:
La muerte y la vida tienen la misma raíz.
Thánatos y Athánatos naciendo del mismo “Huevo Cósmico” son gemelos idénticos. Sólo hace falta que el dominante en esta “génica” expresión sea el que contiene a ambos y no aquel que se “desprende de” para ser él solito en ese teatro, su unilateral escenario: muerte.

“Cuanto más cambia esto más es la misma cosa… Nada más la misma cosa que esta respuesta idéntica”. Dijo Szent Gyorgy puesto ante el cuadro de todos los metabolismos. Hagamos que nada cambie de haber alcanzado a ser la definitiva distinta cosa: Esa que contiene todos los cambios.


Si el exoesqueleto por el que aquí abogamos ha de ser algo así como lo fotografiado por la cámara Kirlian, habremos de deshacernos del misterio de la misma. La cámara simplemente fotografía, de vuelta, un campo eléctrico generado por ella e incidente en el objeto a fotografiar, campo de alta frecuencia: elevado voltaje y “baja corriente”. Con lo cual aquello de “la vida es una pequeña corriente eléctrica generada por el sol” del dr. Gyorgy antes citado, aparece aquí. Una elevada diferencia de potencial para permitir la elevada energía de las altas frecuencias, pero nada de transporte en exceso de electrones, que permite hasta recuperar las partes mutiladas de aquello que se fotografía. Una forma de ver que su dedo aún sigue ahí a alguien que se lo hubiesen amputado.

La cámara Kirlian nos recuerda la bóveda de los cielos: En ellos vemos hasta lo que no existe, pongamos un sol que ya se hubiese desintegrado y ahora mismo su luz nos alcanzase. Y me asalta de nuevo la idea de que toda masa-espacio-tiempo no es otra cosa que la energía que es su corazón electromagnético. Hasta nos lo resucita o lo devuelve al mundo de la imagen: está ahí aunque no lo veamos.

Cristo: ¿Una emanada aura si aplicado un alto voltaje: alta frecuencia de una onda, holograma para siempre impreso en un Universo así?

Y volvemos a la pregunta ¿qué es un protón?, que pretenden haber contestado diciéndolo compuesto y haber denominado quarks a sus componentes. Una altísima frecuencia generada para siempre en el templo de su mínimo espacio; y no hay ahí una gran carga eléctrica, sólo la mínima imprescindible fundamental, sólo la altísima frecuencia a la que su onda que va y viene, llega, de no poder abandonar el enclaustramiento en su mínimo espacio… En cierto modo, no me sorprende que estos físicos quieran encontrarle la mortalidad a toda costa, al fin actúan caritativamente: Quieren liberarlo de esa eterna prisión que él no sabe ni puede, tal vez ni quiera, abandonar.


2010
Y algo así como un protón se siente una: Cambiábamos nuestra mortalidad e inmortalidad sólo por acabar con esto. Si no ha de pasar de otro modo el cáliz, abandonándolo, ni importaría si de estrellarlo. ¿Qué peor estrellamiento que en el que ha “vivido” –es eufemismo- una toda su vida? Vida que es también un perfecto eufemismo.

Morir no es una propiedad de los seres vivos

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“La muerte no es una propiedad de las células” Dr. Wartman (Parafraseábamos con el título de arriba esta frase de ese tal Dr. Wartman del cual no veo ninguna referencia por internet. Dr. en Biología y al cual se citaba en libro de la misma materia escrito por un colega de él)


No me negarán que la frase del doctor (máxime si dicha en la década de los setenta del pasado siglo, hemos de reconocer a 2010) revienta en flor de título. Así pues aquí la elevamos a esa condición a la vez que ponemos a la célula en su justo lugar de ser vivo.

Morirse es un acto impropio al que nos conduce el error. Y el error es hacer lo que otros hacen sin preguntarnos al respecto. Se dijo: Dejad que los muertos entierren a sus muertos. Con toda propiedad. ¿Cómo sepultar y menos en el olvido de la muerte a nuestros vivos?
(Aquí habrán visto que pongo en práctica la filosofía encerrada en esa pregunta, por mi dedicación de fábulas parábolas, ciencia en el extremo, al sueño de unas Vivientes Tablas y sus protagonistas. Los tres tan muertos y a la vez tan vivos: Jesucristo, Alejandra Pizarnik y yo)

Para Wartman el camino inmortal de la especie es la inmortalidad misma de esa célula transgeneracional que es la célula reproductiva. Los individuos no son otra cosa, ante esta perspectiva, que apenas algo más que “los portadores” de esa célula. Vamos, algo así como “El arca de Noé” que dije hace unas páginas (mi poema aquí “Arca de Noé, Célula”. Dios puso a salvo la Vida de las aguas). Pero en vez de ser las células el arca en el que somos puestos a salvo, resulta que somos nosotros los que salvamos a éstas donándoles todo el “agua” de nuestra vida. Para mí, sin embargo, no hay inmortalidad otra que la de cada célula, una por una, que la de cada individuo, de esta especie o no, uno por uno. Y éste es el programa secreto y último al que quiere obedecer, pues lo busca desde antes incluso de ser, eso que llamamos Célula. Aunque ese último paso habremos de darlo nosotros por ella. Por tanto, pienso que no es la reproducción sino la anulación de lo mismo, la inmortalidad. Algo de lo más cátaro. Lo sé. Como sé que al crimen de la Tierra no le interesa que acabe esa reproducción en la que basa su prosperidad bañada en la sangre de cuantos son por él considerados prescindibles u objetos a usar para su provecho y progreso, les da lo mismo si momentáneo.

Y esto es lo que ¿sin saber? hace el óvulo: Considera que la reproducción es un derroche que ha de pagarse con sangre. ¡Fijaos en cuántos inútiles espermatozoides para alcanzar una sola fecundación, y si la tal se alcanza! Primero habremos de acabar con ese derroche para luego hablar de la inmortalidad de las células que merezcan llamarse de ese nombre. Los óvulos, esos sensatos economistas (atributo de mujer es éste) que, en primer lugar, son en una cantidad inalterable desde el mismo momento en que su portadora es concebida; cantidad total de los mismos que resulta irrisoria al lado de los espermatozoides puestos en juego en un solo coito. Después, más sensatos economistas aún, deciden que todo esto de las divisiones celulares y metabolismos tal como el cuerpo se lo ha representado, es una mera majadería, y se ponen a hibernar suspendiendo eso mismo: metabolismo y mitosis reduccionales, meiosis.

Día vendrá en el que hibernaremos y en estado consciente y no de sueño y con todas nuestras células y desde la mayor movilidad, esa mayestática estática que se mostrará ubicua y será el total y superlumínico movimiento por el cual podremos ponernos en toda parte a la vez y sin movernos del sitio.

Las Tablas de la Vida ¿Mayor Esmeralda?

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La épsilon del vocablo ες que aparecía en mi sueño a la cabecera y pie del mensaje lumínico, aquí la tenemos en la frente de la reliquia –síndone- quizá no sacada de Jerusalén por los templarios sino heredada por éstos de los cátaros, aquellos otros genocidiados que les precedieran. Aquí sobre la frente del muerto marcada con la imprenta de la corona de espinas
Pero fijémonos en la coma que aparece debajo de la ε. Tiene su significado en griego. Esa ε con la coma debajo es un número: 5000. Curioso si pensamos en el número de los salvados en el Último Día de los cuales se hace referencia en el Apocalipsis.

Mi sueño fue inducido por esta marca de la Síndone, ahora se pensarán los amantes de psicoanálisis. Y como todo sueño es creador, mi mente de sensible adolescente le añadió al azar otra letra del alfabeto griego… ¿el cual ni conocía? He de confesar que sí. Siempre me atrajeron las artísticas letras de esa lengua. Pero ¿por qué la sigma? Sigma, no su más común trazo σ, sino ς. Como las letras eran números, la sigma así trazada σ con la coma a la derecha y debajo cual decíamos de épsilon, quiere decir 200.000. Vean que elevé la cifra de los salvados de ese cicatero 5000. Lo cierto es que con coma arriba es 200 y que ς no debe tener ningún significado numérico
Con lo cual, cinco mil sigmas quiera ello decir. Cinco mil letras que no sirven para iniciar ningún vocablo, sólo para mediarlos o concluirlos. Toda una medianía mi añadido indoloro a la frente del mártir, o que el solo se añadió a sí aunque fuese en mi sueño. No JHS, sino ες parece decir que se llama. “Vives”, “Existes”, “Eres”, “Vendrás”: Con ese hierro indoloro marco su frente. -Él no era un número, aunque tan magnífico como el cinco y por mil –Le digo al autor del Apocalipsis, aquella mano negra, pues a saber si fue Juan, amigo de Jesús, o quién lo compuso- Él, si era el Verbo, era esa Palabra: ES, la Vida.

Aunque no palabramándote, sí reconociéndote. Más vale hiciesen otro tanto los que dicen te siguen.
Y puede que ni resucitaras y más te reconocería por el buen hombre que eres (no digo fuiste, como ves, aunque ni resucitases), como aquellos buenos hombres y mujeres que exterminase en Occitania la Iglesia que se dice en tu nombre. Pues puede que tu tumba fuese ésta, en Talpiot, al sur de Jerusalén,
y el monumental negocio que es la Iglesia en tu nombre con la connivencia de las autoridades de Israel hayan decidido sepultar definitivamente una vez descubierta sirviéndole de cimiento a un edificio de apartamentos en aquella localidad. La insufrible mediocridad y muerte de lo que llaman vida cotidiana soportas ni siquiera con tus huesos, menos el sudario que te cubrió y ni siquiera el sarcófago que te contuvo, por allí arrumbado en un almacén para restos irrelevantes que pueden perfectamente destruirse
“Jesús hijo de José” dice en la inscripción hebrea (Estos yanquis con sus grafitis inglesizándolo todo, hasta en los documentales. Las imágenes del sarcófago y la tumba pertenecen al documental “La tumba perdida de Jesús”)

Y puede que no resucitases… ¡O puede que sí!
¿Y qué mejor que tu rostro, aunque no todo tu cuerpo de luz como en el sueño, para representarse como aquellas Tablas Oníricas que Tú eras y a tu izquierda un dios pétreo, saliendo entrando la humanidad hormigas en él?
“Yo soy la ley y los profetas”. Dicen que dijiste. Pues desde luego para mí que así te represento como las auténticas Tablas de la Ley de Luz y sobre todo pues es el rostro de un muerto, resucitase o no. Vivo ES de todos modos. Y no diez mandamientos sino Uno, como también dicen que dijiste. Así de concisamente como una teoría unificada de la Física. Un mandato, tan amable, tan ligero, que es todo un regalo para quienes lo escuchen: “Vives” “Existes” “Eres” “Vendrás”: ες

Y lo firmo desde ese corazón y su electrocardiografía poemática de adolescencia, primera juventud, que a la par que concibió aquel sueño, escribía cosas como éstas:

Y como está escrito ahí en mi poema electrocardiográfico:

Resu – Car…………………………….. Resu – Car

Resu – Men……………………………. Resu – Men

Resu – RecTa………………………… Resu – ElTa


……………………….ες Ta……………………………………. ες Ta

……………………….ες Tea………………………………….. ¡¡Vive!!

lunes, 21 de junio de 2010

El Óvulo, una célula que sí se detiene

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Aunque yo abogue aquí por la fase 4 de la mitosis, Anafase, para detener la célula en un mayestático, estético y estático plan, la Naturaleza… ¿siempre fue más sabia? Ella detiene al óvulo, esa majestuosa célula, la más grande de todas, de la que sólo las mujeres saben -aunque lo de “saben” es un decir por “tienen”- en la primera fase mitótica o Profase y en el mismo momento en que la mujer futura es solo un embrión en el vientre de la madre de ella. Desde tan atrás detenidos hasta que se hacen notar en la menarquia -niña, esa asquerosidad de los meses por la que se te permitirá albergar en tu útero niña o niño del futuro-, aquello del óvulo con sangre sale igual que la letra entra. Se hacen notar o piden continuar el juego de la mitosis, mas para ello necesitan la ayuda de “el que pone el sexo”, lo da gónada locura, esto es el gameto masculino, la célula más pequeña, aunque también la más móvil, todo lo contrario que es el óvulo: esa mayestática parada.

Mayestática parada de la que sólo sale empujado por aquella movilidad que decíamos de “el que pone el sexo”; no hay que olvidar que éste, espermatozoide, es tan pequeño que apenas otra cosa es que código genético, como los virus, y movilidad o sea centriolos, centrosoma movilidad a la caza de mitocondrias currantes hembras que procuran el sustento. Así de grande es el óvulo: Una fábrica de alimentos para toda movilidad.

Célula parada, célula que parece coronada por un halo, cuasi el exoesqueleto que proponíamos en el poema anterior “Sin hueso ni pelo”.

Volveremos sobre esta célula parada, esta no santificada célula culpable de todas las familias humanas y que lleva sobre sí escrito el nombre del nuevo viviente más que el esperma cómplice, ¿y cómo es que se santificó a éste? Volveremos, pues el AMP me lo permitirá. Pero recuérdate, Óvulo, como el Nuevo Ser de esta especie más que el homúnculo que en tiempos pasados se creyó albergado en el esperma y te daría origen a ti. Nuevo ser, si es que has de nacer: La mujer te porta. Y te porta ya con ella desde el mismo momento en que es concebida en el vientre de la madre de ella… O sea, tu abuela, Nuevo Ser. Nuestras neolíticas tataratatarabuelas que hubiesen debido continuar en el mando de las humanas sociedades sin espermatozoides envidiosos decidiendo asesinarlas y colocarse en su lugar para desgracia de esta especie y ahí está la historia: Un involución desde el Neolítico hasta nuestros días más que una evolución.

Curiosa Casualidad: Ese idioma con el habla lo Desconocido a lo cual siempre hemos coincidido en llamar Dioses o Dios:
Si el óvulo es de un tamaño aproximado de un milímetro y el espermatozoide unas milésimas de éste, me pregunto si para redondear no será el óvulo unas 1836,152663 veces más grande que el espermatozoide tal como el protón es másicamente mayor que el electrón. Electrón ¿esos “espermatozoides” de carga negativa que rodean al positivo e inmortal protón?

He aquí el útero del sol naciente:
La mujer volviendo a significar algo en este planeta después de diez mil años, o tantos como transcurriesen desde las primeras y más florecientes culturas con toda seguridad en manos de mujeres, culturas desaparecidas y depredadas, primero por la envidia de los mismísimos cielos enviando catástrofes tales como el deshielo, la universal inundación, volcanes como el de Thera, etc, para propiciar así la infame usurpación que se siguió, en el Nilo y por los faraones, griegos y otros arrasando las civilizaciones mediterráneas tales como la minoica; y sobre todo, nuestra antiquísima Tarsis que de tanto se la devastó no quedaron siquiera las ruinas bajo el volcán que en nuestros tiempos se descubrieron en Santorini y aquellos primeros y más civilizados pobladores poseedores de todos los refinamientos actuales en habitáculos, su higiene, casas de varias plantas, agua corriente, alcantarillado, pavimentos en las calles etc. y todo ello y muchísimo mejor y más de mil años, seguramente algún milenio más, antes que en Roma. ¿No quedó nada de nuestra Tarsis y aquella extraña cultura ibera y sus Damas que fue seguramente su última manifestación? Tanto se arrasó en la península Ibérica desde la noche de los tiempos antediluvianos a la fecha de hoy…. Imaginémonos aquellas hordas del desierto de Arabia durante ochocientos años habitando sobre todo el sur de España donde debieron estar los más importantes vestigios de la desaparecida Tartesos, y pensemos ¿de dónde les vino tanto refinamiento al mundo árabe llegado aquí poco menos que sanguinarios cafres y convertidos de la noche a la mañana en la civilización más refinada? ¿De tanto y tanto como depredaron aquí después de fenicios griegos romanos cartagineses? Hay muchísimo más en aquella Noche Antediluviana que desde luego ni los Dániken ni todos los que le siguieron colocando extraterrestres en nuestros orígenes han sabido ni vislumbrar.

Vuelve útero con tu gigante óvulo de sol bajo el sobaco de tus trompas de Falopio y arrásalos… Cual hiciesen contigo.

Sin hueso ni pelo

60

Un exoesqueleto rodeándonos
como el cráneo a las neuronas,
pero no de rígidos huesos.
Algo como un campo de energía,
barrera impenetrable,
muralla china
freno a las fuerzas exteriores
que el mal envía.

Algo como todo el Universo
que quisiera coaligarse y aplastarnos;
todo eso peso encima
soportarlo,
toda esa fuerza resistirla
y sin apenas notarlo.
Un esqueleto así,
un exoesqueleto:
un campo de energía.

Exoesqueleto sin pelo ni hueso.
Una exquisita envoltura.
¿Me refiero al aura el halo,
a la lengua que modula palabras
desde el no tener pelos?

Algo así de fuerte….
¡como este afán de pronunciar fábulas parábolas!,
pero vertido a la luz do se origina,
pero vertido al yo que soy, envolviéndome,
no cuerpo encarcelándolo.

Cristo ¿Agua de Vida o campo de Higgs?

59

Cristo diciendo a todos los doctores tienen las leyes corruptas, líderes –o que pretenden serlo- en religión, banca, política, ciencia, y no sólo a los allí presentes en esa cena, doctores que no pasan de rudos pastores o pescadores de fortuna, de esa extracción gañán todos aunque intitulados doctores:

-Esto es lo que hay “colegas” (Aunque de qué y cuándo colegas –Dice para sí). Ella es mi otro yo y por más amenazas que profiráis enarbolando los dedos del “por aquí” o el “si te agarro te crucifico” con vuestras manazas obrando de lenguas, lo vuestro, siempre se vio, no son las palabras a no ser zafias, que si “ramera”, que si “pobre desgraciada”, y por más que metáis la mano en todas las mesas para llevaros sus panes, o la mano en la caja de la riqueza común, así se quedará. Ella, entre todos vosotros, es la única con decencia. Esto es lo que hay. Y me crucificaréis y durante dos mil años más a la mujer, a todas las mujeres de la Tierra. ¿Qué argumento de más peso, entonces, para decidir lo que desde el Principio?: Ella ες. La interrogación estriba en si lo sois vosotros, doctores tienen las leyes ciencias corruptas, líderes o que pretendéis serlo, en religión, banca, política, ciencia.

Cristo-bis como las Tablas
Entre mis muchas composiciones para estas oníricas y lumínicas, al menos en una de sus mitades, tablas, he aquí otra más. ¿Quién mejor que Cristo para representar de las mismas, si de él venidas?
Lo primero que se advierte al manipular el cuadro de Leonardo es la actitud de las manos de todos los presentes en él, toda una discusión más que diálogo que allí en aquella última cena hubo. Las manos y la cara de Cristo dicen tajantemente: “Esto es lo que hay. Y más vale que os guste”. Y las de la pobre segunda víctima, de ello van vestidos igual, juntas y cruzando los dedos en actitud de acatamiento al igual que la dulce y mansa expresión de su rostro. Las manos y getas de los demás personajes del cuadro, ya se ve: Gestos de burla del “por aquí” con cara de asco el que así enarbola el dedo. Gestos de escándalo. Gestos y expresiones de crítica condescendiente como si acabaran de escuchar un desatino: “Pero escucháis lo que nos dice”. Gestos hipócritas. Y amenazadores y de desprecio, burla hacia la segunda víctima de las representadas en el cuadro, aunque primera y única víctima en aquella cena donde aquel sermón, jamás transcrito en ninguno de los evangelios tolerados por la Iglesia, estableció a las claras de quién y por qué era el único liderazgo válido a ojos del reino de la decencia. Lo mismo que puede leerse en todas las crónicas de la vida de Jesús consideradas evangelios apócrifos. Desde el de Miriam de Migdal, Judas, hasta el de Felipe.
Cristo campo de Higgs
Para volver a la física, este Cristo-bis nos suena a campo de Higgs, capaz muy capaz de interactuar consigo mismo como la ácida-básica y sin ningún pudor agua que mencionábamos en nuestra fábula “El caracol y el laberinto”. Muy capaz de reaccionar consigo mismo y, como el campo de Higgs, hacer aparecer una otra masa donde no la había. Curioso, ¿verdad?, lo mucho que se parecen la Física de nuestros días y la Teología de siempre. Así “El que Vendrá” llama a su destinataria: “Vives”, “Existes” “Eres”. El Dador de la masa está en todo su derecho de hacérselo saber a ésta.


Y si ella, Alejandra Pizarnik, ες el mensaje de luz perdido de las Tablas, qué mejor que ella y yo compongamos ese icono.
Mensaje de luz ella -yo con mis 16 ó 18 años- que todavía se estaba escribiendo en esta Tierra y al que le quedaban 3 ó 5 años para concluir. Y la luz de su vida con ese precioso tono lila descendió hasta mí, pues estaba escrito que -“Vendrás”- vendría de que -“Partirás”, tanto como quiso ella irse de este juego imbécil de la vida- efectivamente partió. Lo triste del caso es que no la vemos caminar (“Caminarás”) como también ahí se prometía en las palabras de un sueño. Pero tampoco vemos caminar al Pantócrator o ese Cristo bis de la Segunda Venida.

Y llegados aquí: Parusía. Paramos el carro de las Tablas que pueden muy bien haberse roto, pues la promesa, en parte, se cumplió. Vino hecha una luz lila que se introdujo por mi respiración y habló con su voz de esta vida a una persona física de este mundo que con su oído la oyó: “Vos no está sola” “Solo veo rosas, sangre desflorada, alma mía de nieve”.

Así de intrascendentes son los milagros cuando se obran desde la Poesis, su arte mi arte, y no desde las religiones establecidas y en la cúspide de su poder. Bien lo sabía el Cristo que reaccionó consigo mismo tanto como para saber que únicamente una mujer hubiese debido dirigir su Iglesia, aquel primer Apóstol de la Resurrección que fue Miriam de Migdal. Aunque, hemos de aceptar que si cual campo de Higgs reaccionó consigo mismo para crearnos en la masa que somos y ahora estamos, debió estar en sus muy bajas horas o haberse comportado como todo un pecador comilón y bebedor, tal que le reprochasen fariseos e hipócritas, cuando engendró a tantos de esta especie.

sábado, 19 de junio de 2010

Una esfera más grande que el sol y a la vez más pequeña que el átomo

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(Una identificación de espacio y masa-energía, declarada esta última como el único tiempo. Y aprendamos a aceptar la inmortalidad de algo, aquí, protón, por mucha decepción que dé esto a nuestro sadismo)

Esto conseguiríamos aplicando la paradoja de Banach y Tarski, por ejemplo… al hacer rodajas la redondez del iris de nuestros ojos o el ojo de su aguja, pupila, y juntarlos de nuevo. Y pongo el ejemplo imposible del iris pupila, pues imposible, dicen, es la realización de tales cortes, tan irrealizable como cortar el punto. ¿Por dónde? Pero así son nuestras inestimables matemáticas, al parecer capacitadas para diferenciar lo imposible de lo posible jugando con sus alquímicos símbolos al intento inútil de arrancar de las mentes las más profundas realidades sobre las que derraman sus chinescas sombras de pesadilla. Aunque tienen la bondad de decirnos por dónde acometer que algo como un átomo llegue a ser toda una señora estrella: Los cortes han de hacerse siguiendo superficies especiales que no tengan planos tangentes. Cosa que al parecer este Universo no está por la labor (siempre diciéndole a Dios o al Universo lo que tienen, son, o pueden o no pueden hacer) de esas seráficas superficies donde nada que las componga entre ello se toque. Sólo admitimos, como se ve en el ejemplo, cortes –nada del me acerco sin tocarte- y a ser posible con la saña sádica del “te mato y te asimilo”, o “te mato, penetro con esta daga esta bala y a continuación me como tus sesos para asimilar tu energía”; “te mato –-las partículas- y me pongo yo a vivir de esa energía prestada”; “te mato y te desplumo”: Hay que ver lo que se parecen el infame mundo político y sus armas al matemático y las suyas sobre todo si aplicaciones contables, fiscales, y esos robos y crímenes de las altas finanzas que a sus pechos criaron.

Pues bien, al parecer los neutrones son, en sus desplazamientos, esas criaturas o realidades de nuestro Universo, seráficas y sadomasoquistas a la vez, que echan por tierra lo imposible o paradójico de esta cuestión: En sus curvas trayectorias no admiten tangentes de líneas o planos que se acerquen sin llegar a cortarlos. Mátame; pero no me toques. Noli me tangere. A ejemplo del sumo poder Dios de todas las religiones, o político-militares-económicos poderes terrenales: Matan, cortan, te hacen rodajitas y sin llegar a tocarte. ¡Fijémonos si están en nuestro mundo esas superficies que la matemática declara ajenas a él!

Y ya que vemos que pueden ser tan posibles en nuestro mundo cosas tan increíbles como hacernos rodajitas el ojo de aguja de la pupila por donde la vista enhebra y construir con las mismas algo que llegase a igualar al Universo todo, si penetrante el sentido de esa visión, si puntual, que aunque como el Universo fuese, no dejaría de pasar como una partícula en el mismo, esa esfera más grande que el sol y a la vez más pequeña que el átomo. Pienso en las longitudes de onda –frecuencias- o energía de esa partícula, el nucleón, ya presentándonos su cara de neutrón, ya de protón: Su naturaleza energética y a la vez tamaño de su onda, ¿qué otra evidencia más clara que lo que vemos en esta partícula, su naturaleza de luz-radiación- el tamaño de la onda que es, no otro tamaño que el de su propio habitáculo, el fermi 10-15 m, para decirnos esto, que si hay una identificación de dimensiones como espacio-tiempo, que ni sabemos bien a lo que se refiere a no ser por los relojes y las citas, ya de mí contigo, ya de la gravitatoria cita de cualquier meteorito cruzándose en la trayectoria de planeta el que fuese, más lógica y total es la identificación del espacio con aquello que contiene: masa-energía? Total, ya que no habrá más tiempo (que diría el Ángel del Apocalipsis) que el que en sí es la masa energía. Eternidad como tiempo propio del protón, esas partículas inmortales que no conocen desintegración, aunque esta especie tan proclive a la muerte siempre que sea de lo otro no ellos, sigan pertinaces a la búsqueda de la desintegración del protón, ese “insignificante” detalle que daría por válida la estúpida teoría física sobre la que han construido todo. Con lo cual ¿qué tendrá de válido ese edificio matemático más que físico que han construido para engaño de todos, incluidos ellos, como modelo a la verdad que subyace a todo?

En esta imagen vemos los monstruosos tanques que han construido a enormes profundidades en minas (si hubiesen tenido que sacar el carbón de ellas, ya hubiésemos visto si se ponían a derrochar el dinero perteneciente a esos mineros que murieron de silicosis ya que carecieron de medicina a la que acudir pues de sus ingresos previamente se les robó el capital que hubiese servido para rescatar su salud en peligro únicamente para enriquecer políticos y subvencionarles a ellos)
Ahí vemos, bajo el agua, las lámparas ilumina “desintegración” de protones, mientras los físicos se pasean en barca por el tanque colocado en esas cavidades que costaron la vida a tantos, el horadarlas para sacar su entraña de roca y otros minerales a expensas de su vida y sus pulmones. Si ampliamos la imagen podemos ver la cara de bobas (aunque bastante más estultos los mendas, sres. físicos, que ahí las colocaron), que se les ha puesto de tanto esperar a esas tontainas bombillitas que jamás iluminarán la desintegración de un protón.

Y desde luego que hay aquí, en esta identificación de espacio y masa-energía, declarada esta última como el único tiempo, la sola Teoría de Unificación válida. Pues ahí están representadas, en esa dimensionalidad de todo lo que existe: espacio-masa-energía-(tiempo), esas cuatro fuerzas o manifestaciones de la única de la que cada una de ellas ofrece un aspecto.

Esta podría ser la moraleja:
Aprendamos a ser como el nucleón protón-neutrón: Ocupar no otra cosa que nuestro propio espacio. Y aquí se nos aparece la semilla del sicomoro de la parábola evangélica en su comparativa con el Reino de los Cielos.
Aprendamos a ser como el inmortal protón: No otra cosa que su propio espacio-masa-energía-(tiempo) Tiempo, esa inexistencia para estas partículas, cuya media estiman en 1035 años pues siguen empeñados en la búsqueda de su mortalidad.

Las vidrieras de la Catedral de León como mis Tablas

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Esta imagen de las vidrieras de la Catedral de León cual mis Tablas de Luz por partida doble como tras haberme tomado algunos vinillos también de León o tal vez de Jerez o de las tierras de Lugo o ese garnacho rojo y espeso que se elaboraba en Hortaleza cuando era un pueblo este barrio de Madrid. Con ellas debiera haber presidido mi capítulo anterior. Mas como nunca es tarde (Eso que nos lo pregunten a los que jamás llegamos a parte alguna de que nunca tuvimos accesibles las imprescindibles armas para forzarlo: dinero, contactos, circunstancia) Aquí ornamos con esta explosión de luz, del lila color de esa flor que en este libro llamamos de la inmortalidad: el humilde azafrán de los prados, colchicina freno a la mitosis o al derroche celular; del lila color en el que quedó convertida después de su muerte Alejandra Pizarnik de tanto mentar la flor de igual nombre mientras viviera con el vivir de este mundo que no otra cosa es que decadencia, ensuciarse, arruinarse, o más exactamente dicho: que te arruinen, las circunstancias los otros, siempre ciegos; y a los cuales jamás conmoverían las luces de esta vidriera y menos las de mis oníricas Tablas por mucho que emanadas del mismo Pantócrator en el que dicen creer. A los cuales lo único que conmueve es algo tan opaco como el dinero, piedra sillar de su sucio y torpe mundo.

ες ES, La fabulosa enzima (Enzimas para una fábula II)

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En química se anota con esta abreviatura, ES, la sustancia compuesta por el sustrato y la enzima que lo cataliza o convierte en una molécula distinta a la de en origen.
Enzima esa fabulosa molécula que acelera las reacciones químicas hasta un millón de veces. Y al pensar en este acelerador ¿cómo no recordarnos del catabolismo catastrófico o cuasi instantáneo estado de desintegración, la muerte toda de golpe en aquel cuerpo, radiación al segundo, nanosegundo o fentosegundo, conducente a un anabolismo de Resurrección o recomposición al otro polo (mundo dimensión) de ese extraordinario hecho? Muchas y muy fabulosas enzimas debieron actuar ahí.

He de recordar aquí mi sueño de pubertad, como aquel de la célula en estado mitótico que inspiró un entero libro, éste, y cuando él, los dos fenómenos oníricos compartiendo las mismas fechas junto con otros tres sueños más: En él se me hacía entrega de unas Tablas muy muy distintas a las de Moisés, aunque con una forma curiosamente igual:

Si en la imagen que se muestra sustituimos esos dos pedazos de piedra --en los que aparece hasta la gracieta de una cinta adhesiva para recomponer la rotura del estrellamiento de las mismas contra las cabezas de los hijos de Israel al ser lanzadas sobre ellos por un despechado Moisés, además del añadido de mis dos ες ες protagonistas del sueño-- y la V entre los senos de su parte superior, por algo parecido al espacio vacío entre las figuras de Jesús y Juan (En nuestros días y a partir de la novela El Código da Vinci, hoy se diría Miriam de Migdal en lugar de Juan. Lo cual no quita para que muchos apreciasen antes que el afortunado autor de esa novelita lo muy mujer de esa figura de Juan, tan del estilo del homosexual Leonardo poniendo mujer en lugar de hombre en tantos de sus cuadros, quizá incluso en su famosa Mona) en el mural “La última cena” de Leonardo da Vinci, y a la vez sustituimos la imagen de Juan por la figura de otro dios también sedente con la cabeza no inclinada hacia la derecha como la de Juan en el cuadro para que mejor forme la V entre los senos de las Tablas, y ambas figuras, en lugar de con los colores del cuadro, iluminada por una luz la imagen del Cristo cual representación del Pantócrator, y la del dios que aparece a su izquierda (Cristo ocupaba la posición del Juan del cuadro en ese sueño) tal como la piedra de la imagen de las tablas de Moisés, un dios pétreo del que entran y salen figurillas humanas como los gusanos en una manzana, las hormigas de su hormiguero…
Pues ya tenemos las Tablas que a mí me fueron entregadas en aquel sueño. Unas Tablas, dos figuras, la una de luz, la otra de piedra, sobre las que aparecía un mensaje escrito en griego; las palabras escritas en ambos lados de la Tabla, también de luz. Mensaje del que sólo pude traerme a la vigilia la primera y la última palabra, a modo de firma y encabezamiento, ambas la misma sílaba griega que escribí en el título y puse en la imagen de las tablas de piedra: ες. Monosílabo al que hemos de atribuir su significado más exacto: el adverbio “dentro”, también las preposiciones “de” “a” “hacia” “hasta”, ες - εις. Y sustituyéndolo a lo jónico por su otra forma, εις , nos encontramos que ese εις acentuado de diferente forma es la segunda persona del presente de indicativo, ει, de dos verbos, ειμι, que se diferencian también por sus acentos y se corresponden, uno con los verbos ser, existir, vivir, haber, con lo cual aquel encabezamiento y firma, además de “Dentro”, diría: “Eres”, “Existes”, “Vives”; y el otro con los verbos venir, caminar, pasar, viajar, irse o partir y con valor de futuro, con lo cual diría el mismo encabezamiento y firma: “Vendrás”, “Caminarás”, “Pasarás”, “Partirás”. También y dado que se corresponde a dos formas distintamente acentuadas de ειμι , podemos pensar, si queremos y además tenemos toda la libertad de interpretar aunque sea lingüísticamente nuestros sueños, que una de las formas de ειμι se correspondiese con el encabezamiento o nombre de la persona a la que va destinado el mensaje onírico y la otra con el nombre de quien lo firma, o con como acaba el mensaje.
Si encabezamos por “Vendrás”, “Caminarás”, “Pasarás”, “Partirás”, algo en futuro si a un vivo se refiere, algo que le sucederá (Y desde luego que iré, ya voy, caminaré, ya lo hago, pasaré y partiré hacia la muerte, lo que nos tiene que suceder a todo vivo, sea por transformación instantánea como a Cristo y como se escribiese en aquellas cartas de Pablo de Tarso: “todos serán transformados”, aunque todos morirán, añado, o no, ya que así: transformación), y ese sería mi nombre si a mí destinado el mensaje, el que en sueños me lo envía sería: “Eres”, “Existes”, “Vives”. Alguien la mar de amable ya que se firma autoafirmando a su destinataria.

A 2010 creo que no hemos de escamotear la continuación de ese sueño de adolescencia o primera juventud con otro sueño habido en 2003 ó 2005 ya que además contiene la recuperación del mensaje perdido al paso a la vigilia en aquel primer sueño.
Después de que en 2002 me hablase de su viva voz, y otras apariciones y sucesos ya explicados, o por explicar, en mis libros-diarios aquí a ella dedicados, la poeta suicidioasesinada Alejandra Pizarnik, ese sueño de 2003-2005 en el que ella aparece y el escenario es ese mismo Pantócrator o Cristo revestido de majestad, ella, yo, a saber dónde, en virtud de qué ciencia y a qué Cielo yo te veo ascender (para autocitarme) Y allí en ese a saber dónde, Cielos, Ciela mía, Lugar tan deseable si la contiene, allí, ante ellos, ella como un camarada de aquel Pantócrator, yo aparezco con mis Tablas... Y un traspiés y san se estrellaron contra el suelo. Mi mala fortuna, no como la mala hostia de Moisés estrellando las suyas contra las testas de los judíos infieles a su dios, al dios de Moisés que éste, cual Mahoma, obligó a todos los demás a que adoptasen. "Mi mala fortuna" que yo al despertar de aquella representación onírica interpreté incluso que ella me puso la trampa o burlona zancadilla para que eso sucediese: Mis pobres Tablas por allí hechas trizas ante su sonrisa burlona, que ya, en sí, lo decía todo para que yo interpretase como zancadilla mi traspiés.

Esa es la continuación onírica al cabo de treintaitantos años del primer sueño y unas Tablas. Y sí, contiene la recuperación del mensaje perdido, como dije. Eso es lo que interpreté posteriormente, además de sentir ese traspiés onírico como toda una zancadilla: Ella, su vida apagada antes de yo conocerla, sin yo haberla conocido, yo conociéndola al cabo de treinta años de ella haberla perdido en las garras de un suicidio que, como todo suicidio, no es otra cosa que la forma más vil de asesinato que las sociedades o la generalidad de las gentes obran sobre la persona sola. Ella era el mensaje de luz perdido en aquellas tablas de las que sólo quedó ese ες, ες, que era, somos ella y yo. De una ες a otra, medie o no el Pantócrator, el Paráclito... O la madre que nos parió a ambas, he de decir que incluso con menos fortuna la mía a mí, aunque ella dejase de vivir tan pronto y yo continúe aquí, esperando, esperando, como decíamos del Ángel Caído, yo, en el cap. anterior. Tan caída por gracia de nuestros congéneres que ni unas Tablas y encima de luz, no como las pétreas de aquel pater noster bíblico, me sirvieron para salir de la miseria, cuando a aquél continúan las suyas cinceladas a bruto zurriagazo de martillo contra la piedra (que ya burdo el engaño y todos se lo tragaron) sirviéndole de fama póstuma y herencia en especies no ya a la propia religión que él fundó o de la que se hizo el amo, sino a la que de ella se sucedería y en el nombre de ese Pantócrator de mi sueño, y tal como le quieren ver la generalidad imbécil de los que se dicen sus seguidores, mismo nombre de aquel desgraciado al que asesinaron y puede que algún extraño suceso físico químico, cual los aquí apuntados, de veras le resucitase. Fenómeno del que no hubiese debido tener él la exclusividad, pues ¡cuántos y cuántos han muerto y hasta de psíquicas y físicas mayores torturas que la suya! Aunque toda tortura, todo sufrimiento, todo asesinato, suicidio, todo acorralamiento es ya de por sí mayúsculo en cuántos y cómo se diese.

viernes, 18 de junio de 2010

Satán astrólogo

55

Solamente él y los Magos, Reyes astrólogos de Oriente, supieron con quién estaban tratando. Y más mérito para el primero que lo supo cuando ya todos empezaban a ignorarlo: En el desierto de la desolación, la prueba de conciencia.

Si fue astrólogo, que hace tiempo, nada más que un instinto satánico de superioridad pudo inspirarnos, nos puso sobre el tapete de nuestras invocaciones: cuadernos en que escribo estos versos, versículos, poemas, fábulas, el titulado, cual los capítulos anteriores: “Química de la resurrección”. Temo haber perdido el original y lo único que quedó de lo mismo es lo que ahora en mi cabeza y vuelta a reescribirlo (Al releer esto a 2010 no puedo por menos de asombrarme desde cuándo la idea en mi cabeza de encontrarle una química o una física a hecho tan extraordinario como la resurrección, si estas palabras fueron escritas en los años ochenta del pasado siglo y ya entonces daba por perdido el poema al que hacía referencia. Y desde luego que “vuelta a reescribirlo”. No será por tesón ante la adversidad como el de la santa Esfinge del Nilo).

Mas poco importancia ha de dar a lo suyo y menos hemos de tomarnos por importantes aquell@s a l@s que inspira, si él, o ella, creyó en el desierto en aquel al que nadie creería nada más que unos pocos desheredados como él, en aquel en el que nadie cree en realidad aunque en su nombre hayan levantado esos emporios que solamente son un insulto a su persona, religiones en su nombre. Extraviamos unos versos, pues aquí tenemos su vuelta a la carga, sean prosas estos poemas de la Química de la Resurrección.

Olvidemos los sucesos de la pobre adolescencia. Ya que cuando se predice el futuro, se lo produce o lo estamos precediendo (Y todavía lo estamos a 2010. A pesar de esa examen de la Síndone con los mecanismos de la tecnología moderna desde ya entonces, años ochenta, ¡y aun a pesar de que desde los primeros años de este nuevo siglo nos atrevemos a hablar de inmortalidad, o de vidas prolongadas a lo Matusalén en estados de total autonomía o perfecta salud!, ¿quién habla, cuánto, cómo, cuándo, o investiga en profundidad de estos temas, y no esa mamarrachez de prolongar nuestras vidas a ejemplo en años de los patriarcas bíblicos, sino vida total –-miedo nos da escribir “eterna” por el aquel de que puedan lapidar nuestro derecho a expresarnos con más celeridad, a la vista lo escrito aquí y sin publicación desde los años ochenta--, vida antes de aquí, vida después de esto; a qué ciencia atea y sus catedráticos tememos del mismo modo que antes ese pánico sagrado ante los que no fueron otra cosa que poco menos, o mucho más, que criminales, papas, obispos, sacerdotes; estaríamos con ello corroborando que a unos criminales suceden otros, que a unos enmudecedores, otros, que el poder criminal ayer, e incluso hoy, lo ostentaron obispos y hoy lo ostentan de forma tan absolutista catedráticos y toda la legión de estudiosos que les sirven no atreviéndose a alzar su voz por encima de la doctrina que ellos impartan llamándola ciencia? Ahí tenemos al “genio” Einstein sin que todavía nadie se atreva a enfrentar su doctrina a pesar de los múltiples descubrimientos que la contradicen de plano, quizá más que con cuantas chorradas el estatus social de la ciencia física pretende seguir consagrándolo a régimen de inamovible). Sabemos que en realidad algún día la ciencia física-química habrá de preguntarse por ese rayo, o por ese extraño metabolismo, catabolismo destructor fulminante al que siguió un anabolismo o recomposición de lo orgánico a dimensiones que desconocemos.


Y a 2010 finalizaremos estas palabras, a las que tanto he añadido con esta fecha, con estas tres fotografías que realicé por los años setenta a la única estatua, no sé si hasta el momento actual, pero si hasta hace poco, erigida al Ángel Caído, y fue naturalmente aquí, en España, Madrid, Parque del Retiro, que aunque tengamos esa fama de beatos e inquisidores católicos, ni jamás inventamos la Inquisición, que lo hicieron los franceses para exterminar cátaros gracias a una absoluta falta de saber defender lo suyo por parte de los reyes de Aragón de cuando aquella cruzada genocidio para apropiarse de las muchas riquezas y tierras de una sociedad más libre y más rica como fue la de los condados Occitanos de entonces que si a un rey reconocían era al de Aragón; ni inventamos la Inquisición, y además nuestra cultura hunde sus raíces en la noche de los tiempos de Tarsis, en aquel neolítico donde significase tanto la mujer. Ángel Caído, Satán, y vaya usté a saber lo caído o lo maldito como “puta” se dijese hasta hoy de Miriam de Migdal, o de traidor de Judas, cuando aparecieron ejemplares de los Evangelios que la Iglesia hizo desaparecer, tales como precisamente el de Miriam o el de Judas, el de Felipe y otros. Satán, Ángel Caído, quizá radicación positiva o de anabolismo que vino a recoger a aquella radiación leptónica o catódica que sucediese como catabolismo catastrófico en alguien que se quiso, y todavía se querría, muerto; Satán, el Adversario, quizá el Adversario de toda la inmundicia que en este mundo de genocidas se da por bien sin serlo, al que en este escrito aludíamos como Rey Astrólogo e incluso más… Estas imágenes del Ángel Caído, puedo ser yo, pues también lo estoy, que todavía aguardo mi hora tras tantos y tantos y tantos años de pensar lo mismo, aguardo con ese tesón ante la adversidad que decimos en lo aquí escrito de la Esfinge del Nilo, aguardo como si el tiempo hubiese de temerme a mí al igual que se dice de las Pirámides y no yo temiese el tiempo que obra sobre mí lo que la luz obró sobre una de esas tres fotografías que tomé del Ángel en los años setenta.

Aguardo con esta santa paciencia aunque reine lo oscuro. Y hasta me río o navego por este aguardar cual si con éstas mis alas pudiese parar todos los huracanes y sus soplidos de nubes, o cual si expusiese mi sobaco al aire desodorante.
Y me repito: Día, tal vez ni así se llame, por tiempo sino por su anulación, vendrá en que hablaréis de la Química-Física de la Resurrección. ¿Cuando la tengáis todos encima, cuando no quede otra pues todo lo demás haya desaparecido? ...Santa Bárbara cuando truena. Algún día se hablará de la Química-Física de la Resurrección, porque efectivamente pudo ser posible. Nada hay en la naturaleza, como se dice de la física cuántica sólo no la comprenden los que se creen haberla entendido, que pueda desdecir ni vida eterna ni resurrección. ¿Tampoco hay pruebas que lo afirmen? Pues menos hay prueba alguna sobre el descabelle teoría de cuerdas que pretenden teoría del todo de algo tan real como debiera ser la Física y no un acúmulo de fábulas, aunque no parábolas, o sí, como lo es. Cuerdas… “Algo chiquitito”. Como nuestra tierna canción de Eurovisión de este año que jurados con el voto ya decidido antes de oír ninguna no supieron apreciar.

Metabolismo viviente para un muerto: Catabolismo catastrófico

54

La química del metabolismo, sus oxidaciones catabólicas o de destrucción asimilación alimentaria, y el anabolismo –Otra vez Ana: Arriba- reductor que recompone o sintetiza las moléculas, discurre más que por el camino cesión-aceptación electrónica, por el de transferir o acoger átomos ionizados de hidrógeno, por el quitarse de encima al “hacedor de agua” o necesitarlo… Pero, para el caso, es lo mismo; y bien pudo ser aquella una radiación leptónica: Metabolismo de resurrección. ¿Qué mejor metabolismo?
Pero este muerto tan especial debió sufrir un catabolismo catastrófico: Brutalmente muerto en todos los sentidos, por la violencia de los otros ensañándose hasta arrancarle la vida y la muerte ejecutándose sobre él como sobre nadie antes: Tan totalmente muerto, que esa muerte que pasea lenta sus pasos sucesivos sobre los otros, aquí actuó de una manera galopante como una enfermedad virulenta. Se murió, todo lo que puede uno morirse hasta el desaparecer tus huesos, en unos instantes solamente. Ese mismo tiempo efímero que estiman los analistas de la Síndone para sucederse la radiación sin identificar.

Esa energía calorífica
Un puñetazo oxidativo de esta índole, que obligara a toda proteína a descomponerse en sus aminoácidos y éstos a su vez en sus leptones protones, +ión –ión, sería un calor. Suficientes megacalorías como para desprender cualquier puerta de entrada, hago referencia a la del sepulcro, esa gigantesca piedra removida, y asimismo a la de los mismísimos Cielos, esa Babilis puerta.
Y ya se sabe de la sensibilidad de las proteínas al calor, rápidamente se disocian en cuanto la temperatura no les es propicia. Bastaría con que la radiación se hubiese producido en un lugar del cuerpo, íbamos diciendo los ojos y el catalizador reactivo de las monedas de bronce, cobre casi todo en esa aleación, como para que se hubiese extendido al resto del cuerpo cual una reacción en cadena.

Así que cuando vemos escrito que “vivir es oxidarse”, una de esas frases con las que nos premian los fisiólogos, una piensa enseguida que morirse, más, esa descomposición para que nos asimile el entorno como si no hubiésemos estado durante toda la vida deglutidos por él. Con esto de “vivir es oxidarse” podríamos decir, y más ante el nivel calorífico de esta supuesta descomposición galopante, que el muerto VIVIÓ, según los que a la vida llaman oxidación, DE UNA MANERA DESMESURADA en esos pocos segundos o nanosegundos o fentosegundos que duró la radiación de descomposición.

Vamos a resucitar
Aunque no le pongáis ese programa a vuestras células, ya que sólo podrían admitirlo: LAS QUE NUNCA MUEREN, hoy conocidas como CÉLULAS MADRE: Una descomposición galopante que las dejase tan intactas al otro lado de la “radiación” o del otro lado de la resurrección. Antes de que se empezase a hablar de células madre, todo hay que decirlo, yo llamé a estas células siempre vivas que no son nuestras neuronas, las que también: “Células Carmen”. Como es lógico que haga cada cual con aquello que descubre, o piensa en ello antes de que otros vengan a hablarle de algo, nunca lo mismo sino parecido.
Y ya que no madres –nadie estaría dispuesto a considerarlas así, ¡y ni siquiera a considerar como célula alguna aquello de lo que hablo!-, mis células, esas que aguantarían intactas o se traspondrían al otro lado o a uno de los polos de la Resurrección, “el que va hacia arriba” –recuerden del capítulo anterior- o radiación catódica, leptón, electrón, los electronegativos aniones atraídos por el ánodo; “mis células”, hipotéticas hasta que no nos las muestre algún resucitado como hiciese con la llaga a Tomás (llaga que no era otra cosa que el corazón atravesado de un lanzazo, ¿cómo se puede sobrevivir a eso si no resucitando?), sigan llamándose “de Carmen”… Hasta que descienda o ascienda de la nada otro más capacitado como descubridor y hasta hacedor y, por tanto, más legítimo propietario de denominar en origen.

Otra vez viene bien aquí introducir la imagen de mi sueño tan propia para describir los dos polos de algo: polos centriolares en la mitosis o polos positivo – negativo en cualquier catódica radiación.

jueves, 17 de junio de 2010

Seguimos con la química-física de la Resurrección

53

Si la vida se trata de una neutralización, ese principio Afrohermes tan mentado por la Alquimia, un perfecto equilibrio entre lo alcalino o básico y la acidez. ¿Cómo la resurrección, que sería la vida después de la vida, o la Vida más allá, alcanzando ésta un rango de eterna, puede tratarse de borrar, desdecirse de lo que fuese aquí vida? Evitemos el espinoso asunto de cómo producirse de golpe en una macroentidad como un cuerpo esa disociación de la electropositividad del ácido, dado su déficit de electrones, ión + (Por cierto, Ión, así llamado el hermético Gran Maestro alquímico) y la electronegatividad de la base, dado su exceso de electrones, ión -.

Recordemos ante la pregunta anterior la definición de vida de alguien como el bioquímico Szent Gyorgy: Una pequeña corriente eléctrica movida por el sol. Un continuo trasvase de electrones que el ácido toma y la base da; un continuo trasiego de iones positivos negativos, fuera dentro, en las membranas de las células, las neuronas y sus microtubulares dendritas axones cuando el estímulo nervioso, pensamientos y etc, circulan por ellos.

Todo ello, este juego de iones potasio sodio viene a decirnos que la vida trasciende las raíces puramente biológicas para adentrarse en lo netamente físico. Estos aniones –otra vez, arriba, Ana-, cationes
(Anión, el que va hacia arriba, carga eléctrica negativa
Catión, el que desciende, carga eléctrica positiva), juegan a decirnos lingüísticamente qué “ascendió”, qué “descendió” en un fenómeno como ése, resurrección. Fueron los electrones hacia arriba, el dador de electrones, base, pues una acidez mortal descendió. ¿La muerte es un captador de electrones, ácido? La protónica carga positiva muerte. No olvidemos toda nuestra vida o química basada en el electrón.

Una radiación leptón sería pues la sucedida, una emisión de electrones de la parte alcalina que somos que los contiene en exceso. Rayos de electrones son los rayos X y es un frenado de la velocidad que se imprimió a éstos lo que la produce, una radiación que se frena, o disminuye con la distancia como lo observado en los hilos de la sábana. La luz sincrotrón en la naturaleza es otro ejemplo de radiación por la alta velocidad de electrones.

Radiación leptón para burla de las moneditas de idéntico nombre colocadas sobre los ojos del que se asesinó como esa infame calderilla que se desperdicia, si a un muerto pobre, no a un pobre muerto.

Anión, el que va hacia arriba, carga eléctrica negativa
Catión, el que desciende, cargado positivamente…
A 2010 me recuerdo de mis canciones 2005 a Alejandra Pizarnik y ese encuentro con ella descendiendo, cual sueño, de Otra Vida a mi vida de aquí; yo ascendiendo, por tanto, aunque ese ascenso hacia ella o por ella, vida superior ya, me haya supuesto un peldaño más de descenso en el infierno de esta vida. Donde bajar es subir, amigo Cátodo, camino descendente; y subir es bajar, Ánodo de mí, camino ascendente.
Yo voy arriba del sueño que tú vienes sueño abajo
Estos dos cantos 2005 a Alejandra, ahora en “Solo veo rosas –Divina tragedia homosexual de tu vida-“ http://soloveorosas.blogspot.com/2010/03/hacia-arriba-del-sueno-que-tu-vienes.html
http://soloveorosas.blogspot.com/2010/03/hacia-arriba-del-sueno-que-tu-vienes_06.html

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