ΦΨΚ = AjKaBa

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Parece esta trinidad en letras griegas, la Phi la Psi y la Ka –FiSiCa- (cuerpo-alma y su nexo), el triunvirato egipcio de ese septenario que, según ellos, compone nuestra identidad: El Aj el Ka y el Ba. Digamos del Aj que es la Vida en mayúsculas, lo físico –Fi griega- llevado a su condición de inmortal como lo vio la humana imaginación desde antes de Egipto y después; el Psi sería el Ba, lo psíquico espiritual; y la o el Ka, el pegamento: Aquella condición que hace que un alma acepte su cuerpo o un cuerpo su alma, y ambos su condición inmortal, ya que para lo mismo no disponemos de ningún otro tiempo ni de ninguna otra energía vital.

AjKaBa; y vámonos, PhiPsiKa. Física, termina de ensamblarnos la realidad que haga del Ba, no un ¡Bah!, sino un Aj auténtico, un Phi al que la inmortalidad de su Psi vuelve inmortal, o al revés: un Psi al que la inmortalidad de su Phi vuelve inmortal, y todo ello por la gracia de la muy Pontífice Ka, nuestra energía vital, el tiempo exacto del que disponemos para lograrlo.

AjKaBa, SutRenIbBa
Sombra Nombre Corazón Alma, ¡AjKaBa!
Hazlo por ti
Lo Inmortal de ti, Alma, en la Aión Eternidad o Tiempo