Centriolo (Otra descripción del personaje y sus fantásticas posibilidades)

33

Niels Bohr dentro del sol, dentro del núcleo del sistema solar cuando soñó con su átomo.
Y el Centriolo: Dentro del centrosoma, dentro de la centrosfera.

Centrosfera.-Porción de citoplasma cercana al núcleo presente en todas las células excepto en la de los vegetales superiores.
Sabias plantas que, entre otras cosas, no necesitan matar a nadie, matar nada, para sobrevivir alimentarse. Nútrense de sol y agua, y de la madre tierra con sus elementos químicos. Lo mismo que debieran hacer todos los organismos, aunque se fuese a tomar por culo aquello de la alta y de la baja cuisine. Ser capaces nuestros, parecieran más adelantados pero más atrasados, organismos superiores animales de producir todos sus aminoácidos sin tener que acudir al exterior de modo que no fuese como las plantas lo hacen en su fantástico corro de vida y de verdor.

Según nos dicen los conocimientos biológicos, Centrosoma, y por tanto todo lo que lo habite o lo conforme, Centriolo, puede faltar cuando la célula reposa. El reposo nos hace semejantes a los árboles, como muy bien apreció Buda debajo del suyo, o Palas Atenea a la sombra del milenario olivo. Cuando la célula reposa no necesita de brújulas que le marquen dos polos, o la introduzcan en ninguna contradicción existencial siempre presta a la partición o a la partida, a la facción: Yo al norte, tú al sur, constituyámonos en fuerzas opuestas, cuando de lo que se trata es de una única fuerza, o sea la Vida.
…Puede faltar cuando la célula reposa. Es por tanto nuestro personaje en ese momento del nirvana celular, todo un fantasma él, cuyo ectoplasma, o aparición numinosa, precede al nefasto acontecimiento sobre el que mi sueño establece su oráculo: Una parte del fantasma, lo que hay de “especial” en él, venciendo a la otra, eso no especial que propicia el que todo siga como es y se sucedan y sucedan las divisiones.

Ser 9, 9 triple. Nuestro protagonista bien pareciera la inversión del número maldito, 666, nueve triple, 999. 27 túbulos.
Y estar dentro de estos 27 laberintos cilíndricos, angostos y extensos como los siglos, laberintos de tiempo, huecos, cilindros huecos a no ser en las neuronas donde esta morfología tubular está poblada de nuestros pensamientos; estar ahí y contemplar la solidificación que habrá de producirse, como la del gas del sol y los planetas contemplada por Bohr en su sueño y convertida en unos filamentos que amarraban los planetas al astro rey. Solidificación, estática mayéutica de esos tubos de órgano ya no huecos, por fin, sino llenos de la magnífica melodía que en las neuronas se produce, química electricidad con toda la información que somos; estática mayéutica que nos alumbrará a otro mundo.
Y si no……
La muerte
Manojo de células despobladas
que no saben retener sus átomos
como el sol sí a sus planetas…
Cuánto tiene que ver la gravedad, la masa,
con el misterio de la vida.

La muerte, manojo de células despobladas
que no saben retener sus átomos
y así éstos vuelven al inerte universo entorno.

Esta muerte ubicuidad
que devuelve a toda parte
al ser habitado
que fuera solamente poco antes
una entidad de espacios limitados.
……
Como Niels Bohr habitó el sol de su sueño que era el átomo, dibujándole esos ectoplasmas de dinámica cuántica a los electrones para unirlos al núcleo…..
Como los eléctricos pensamientos habitan los microtúbulos dendritas, axones…
Como la eléctrica vida toda en sí, química no otra cosa que eso, lo habita todo o lo despuebla…
¡Como yo vigilo a estos microtúbulos del huso para ver de convertirlos de efímeros en estables! Que sean nuestro nuevo olivar de Palas, esqueleto nuclear no celular, tubos de órgano por donde los pensamientos circulen como una nueva sangre, alma nueva, desde el calcañar a la coronilla. No cerebros con piernas que ahora somos, sino piernas que serían cerebro ellas también.

Tomad el sueño
Estoy en toda parte, con un espacio limitado aún