A alguien en este mundo, estos años, yo inspiré en sueños: La última palabra para amar es amor, pues la primera fue siempre JUSTICIA

"La rebelión es mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos" Alejandra Pizarnik-en esta vida

"Solo veo rosas" Alejandra Pizarnik-más allá de esta vida-

Solo soy pura rebelión, vino a decir... aunque no sola estás

Vos no está sola. Y esta rebelión se hará. Y no desde la soledad. No desde cuatro gatos somos y por eso nos pisotean. ¡Una ola de Rebelión vendrá que tambaleará los cimientos podridos de estas sociedades!

jueves, 10 de junio de 2010

Tabla esmeralda, León verde, Ylem (La Yle materia madera, ¿ylem partícula primera no quark?)

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Ylem, la Quintaesencia, primera de las sustancias de la cual todo el resto de la Yle materia, según Aristóteles. Ylem, así llamado también el león verde alquímico, piedra filosofal que al igual que los quarks, su carga, se llama por un color: verde, león verde, el oro verde.

Ylem que también llamó Gamow a la singularidad inicial, o punto caliente -¡a qué extremos!- principio de todo según el cura Lemaître, o al estado de la materia antes del big-bang… Extremo éste que nos deja asombrada: ¡Hasta materia había antes del big-bang, fíjate si no habría espacio, entonces, tiempo y todo lo demás, cuando se dice que esa explosión dio comienzo a todo! Prefiero quedarme con la exposición de Gamow: Materia madera antes del big-bang.

Se dice de los quarks –para los físicos esas piedras angulares del Universo- que son tres para formar los protones y neutrones de toda la vida y otros tipos de bariones. Y he aquí la mística física: tres como la trinidad santísima, aunque su denominación provenga de novela pagana amiga de los bares de copas de la Irlanda de Joyce; pero de hecho son dos. Que aunque no se pueda prescindir del tercero, para efectos del color, carga, masa, son dos, dos diferentes, al menos en protones y neutrones, el principio hermafrodita (Ya vimos que Afrohermes) del capítulo anterior.

Y son dos, principio Afrohermes, ¿que es uno en realidad? Lo que está arriba es como lo que está abajo, aquí hemos de invocar al principio hermético por excelencia, lo que está arriba es como lo que está abajo para la cabal realización de la Unidad. Quarks up - down, arriba – abajo, como en Alquimia. Protón, dos up, un arriba; neutrón dos down, un abajo. Todo ello para que sumen la carga eléctrica unidad en el caso del protón; o la neutralización de esa carga en el neutrón. Dos igualitos up, o dos igualitos down, menos en la propiedad, todo un artificio para que cuadren las cuentas de carga eléctrica y masa, llamada “color”, una convención como en su día lo fue, y sigue siendo, la condición de “negativa” o “positiva” dada a las cargas eléctricas electrón, protón. E igual que quitada la convención “color” los dos “arriba” o los dos “abajo” quarks de protón, neutrón, son idénticos, ¿podríamos rizar hasta la “cabal unidad” de que el que es arriba es como el que es abajo? … Demasiado ¿no? Pues nos volveríamos a quedar como estábamos: protón, neutrón. Aunque algo habría cambiado: sabríamos que los protones neutrones son un compuesto de algo; eso sí habríamos dejado claro esa otra propiedad que apunta la física sobre los mismos dentro del núcleo: protón pasar a ser neutrón y a la inversa, según necesiten balancearse masa y carga dentro del átomo.

Para mí que hay una sola entidad aquí. Lo pudiese atestiguar el Tres veces Grande Trismegisto si no la santísima Trinidad, ambos Dadores de Conocimiento, mediante la paloma (de la paz) la segunda entidad, o mediante la mitra horno alquímico, la primera. Trismegisto, Thot-Isis es su nombre egipcio, dos que son uno, la Maat Principio. A este Trismegisto llegaríamos sin mucha dificultad si pudiésemos juntar en una sola mente (no podrá ser la mía gracias al acceso a la cultura oficial que una tiene al carecer de aquello que la compra, no el utópico oro verde sino el reluciente de todas las reservas de ese metal en los bancos centrales) a un físico de partículas, un astrofísico y un bioquímico. Aunque seres así, al igual que el tritio, nacen en una proporción de uno por trillón de hidrógenos corrientes o personas del montón. ¡O sea que todavía no ha nacido! O si fue Cristo, no creo que Fulcanelli, este Tritio Trismegisto, ¿qué quiere decir ello? ¿Que la inteligencia sumará en todo el Universo ese trillón de entidades sidas, siendo o por ser? Buen trabajo si el Trismegisto Cristo ha de nacer en cada planeta habitado para redimir las inteligencias que por ellos se cuezan.

Tabla Esmeralda, Escrito verde, todo está en ti, Yle partícula resumen quark, ¡eres tú! Tú eres la Piedra del Conocimiento. ¿Cuál otra si no tú, libro ni abierto por más que te hayan asignado un color?

Si pudiésemos asomarnos a su contenido, tan perdido como el que mi estado de vigilia arruinó a mi mente onírica al despertar de aquel sueño donde se me entregaron unas tablas de luz, no eran verdes, ¿sabríamos que efectivamente podemos irnos despidiendo de tanta complejidad? (No digamos la que se añadió desde los años ochenta acá. Hablo por 2010, sumándose a los quarks abajo arriba y extraño, esa trinidad quark de los primeros tiempos, todo el “encanto” para hacer familia, la 2ª, con el “extraño” y además unos fondos y unas cimas para coronar con la 3ª familia. Ahora se piensa que no hay indicios de que existan más familias quarks, más las mismas partículas a más altas energías. Así pues los quarks fondo cima, que yo prefiero llamar de sus otros nombres, belleza verdad, serían la cúspide de lo energético que a la materia madera le es posible ir) Ylem, primera de todas las partículas (Me jodió el higgs con su condición de divina promulgada por Lederman, esto de partícula de la cual todas las demás. O que en realidad no hay otra cosa que esa partícula, como digo aquí) sacrificada en principio al “primero”: protón y luego al supuesto indivisible “átomos”, sacrificada por nuestros ojos que aún no te alcanzaron a ver; pero que estás ahí como testigo del sagrado principio de Unidad: Lo que es arriba es como lo que es abajo; no hay quarks distintos sino presentaciones diferentes de la misma energía.

¿Y qué hago con la carga, la carga eléctrica no esa convención “carga de color”, ni siquiera la convención de aquélla en positiva negativa? Si supiera eso, ya sabría más que Maxwell, el más necesitado de corrección a su teoría que el mismo Newton, como dejó patente todo el edificio de la física cuántica que sólo eludiendo a Maxwell pudo ser alzado.

Ylem, Tabla esmeralda, León verde, primera de las partículas.



Qué risa, sr. Lederman y su partícula divina aunque no tabla esmeralda, tu nombre es León, aunque no sabemos si viejo verde…
Seguimos pensando idénticamente a 2010, cuando el bochorno de no saber lo que describió al presentarnos el edificio matemático de la gravitación, tan buena para cohetes y algunas órbitas planetarias, se sigue achacando sólo a Newton y la que no deja de dar dolores de cabeza gravitación; pero ¿qué decir de Maxwell, fuerza eléctrica que se piensa entendida gracias a las flechitas de Feynman y la matemática de la renormalización andamio de la teoría estándar que pretende abarcar el mundo? Y de lo entendida que esté la fuerza eléctrica da fe esa rama más preciosa de toda la física que es la superconductividad, o física de las bajísimas temperaturas, que quizá en ella resida más el conocimiento último que se pretende alcanzar únicamente desde las altas energías, ardientes temperaturas.
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